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lunes, 14 de diciembre de 2015

EL DESEO INSACIABLE, Guadalupe Nettel

EL DESEO INSACIABLE

   Piel de Zapa es la obra que sella el éxito de Balzac. La novela fue elogiada incluso por Goethe en sus últimos días. En la obra un joven recibe un trozo de piel de zapa que tiene poderes mágicos y que cumple cada uno de sus deseos. Sin embargo, con cada deseo concedido, la piel se encoge y consume parte de la energía vital de su propietario. El éxito literario lleva a Balzac a recibir grandes sumas de dinero en esos años, pero lejos de satisfacerse, sus deseos de riqueza lo empujan, como al protagonista de Las ilusiones perdidas, a aventurarse en pintorescos negocios que lo conducen a la ruina y a amoríos rocambolescos con damas de la nobleza que no cesaron ni cuando por fin pudo añadir la codiciada partícula “de” a su apellido. Para compensar la falta de pompa a la que aspiraba, escribía en las paredes, de las habitaciones desprovistas de muebles, lo que anhelaba tener y que según él compraría cuando por fin se enriqueciera. En un muro tenía escrito con carbón: “Cuadro de Rafael”, en otra “Tapiz de Gobelinos”, en otra “Espejo de Veneciano”, en otra “Biombo de palisandro”. Su ensoñaciones llegaron incluso a los libros que premeditaba escribir pues esa obra admirable por extensa, no le era suficiente. De todos ellos tenía las maquetas, eran libros encuadernados con las páginas en blanco en cuyo lomo y cuya portada aparecía el título de la obra y su nombre en letras doradas.
   Obligado a escribir sin detenerse durante 15 y 18 horas diarias para pagar a sus acreedores fue constituyendo, en ese entorno de lujo imaginario, una obra colosal que hoy en día se considera el inicio de la novela moderna, por la forma de retratar a la sociedad pero también porque utiliza la experiencia personal para otorgar credibilidad a sus personajes. Así, tanto en La comedia humana como en Las ilusiones perdidas —en las que retrata con un realismo admirable los excesos burgueses de su época, el arribismo y la constante inconformidad de quienes aspiran al ascenso social—, encontramos a este hombre bulímico e insaciable que él mismo era. No en vano escribió Jules Renard en su diario el 3 de octubre de 1895: “Balzac es auténtico al por mayor, al detalle no lo es”.

GUADALUPE NETTEL, El País, 3 de diciembre de 2014.

miércoles, 9 de diciembre de 2015

PENSAMIENTO Y CULTURA EN LA SEGUNDA MITAD DEL SIGLO XIX. EL REALISMO Y EL NATURALISMO


   A mediados del siglo XIX (antes en algunos países como Francia, más tarde en otros como España), pre­dominan ya en los medios artísticos los principios esté­ticos del Realismo. Se conoce con este nombre al movimiento cultural característico de una sociedad burguesa a la que no agradaban las fantasías idealistas ro­mánticas. Ello no quiere decir que pueda establecerse una separación tajante entre Romanticismo y Realis­mo, pues siguen perviviendo muchos rasgos románti­cos en el arte realista. De hecho, cuando éste apareció en Francia, era difícil distinguir por completo ambos movimientos, pues los autores románticos postreros y los pioneros realistas convivían en el mismo tiempo histórico. Así, Stendhal (1783-1842) publica El rojo y el negro en 1830 y La cartuja de Parma en 1839; las noventa y una novelas que componen La comedia hu­mana de Balzac (1799-1850) aparecen entre 1830 y 1847; Madame Bovary de Flaubert (1821-1880) se edi­ta en 1857; mientras que un escritor considerado ro­mántico como Víctor Hugo (1802-1885) publica Nues­tra Señora de París en 1831 y Los miserables en fecha tan tardía como 1862. En realidad, el Realismo surge en principio por depuración o mera desaparición de los elementos románticos más idealistas. Sólo más tarde, por la influencia de las ideas filosóficas y científicas de la época, la oposición entre el Realismo y el Romanticismo se hará más nítida.
   La filosofía propia de la sociedad burguesa decimo­nónica es el positivismo, para el que no existe otra rea­lidad que los hechos perceptibles ni es posible otra in­vestigación que no sea la del estudio empírico de esos hechos o de las relaciones existentes entre ellos. Se en­tiende por hecho un estado de cosas que puede captar-se por los sentidos y ser comprobado empíricamente. La observación rigurosa y la experiencia son los ins­trumentos básicos de la filosofía positivista. Estos prin­cipios, que están en la base del desarrollo de las cien­cias y de las técnicas, fueron formulados de forma sistemática por el filósofo francés Auguste Comte en obras como el Curso de filosofía positiva (1839-1842). El nuevo método experimental (observación-hipótesis-experimentación) fue expuesto por el fisiólogo francés Claude Bernard en su Introducción al estudio de la medicina experimental (1865). Enorme importancia tie­ne el evolucionismo o darwinismo, propuesto por el naturalista inglés Charles Darwin —El origen de las es­pecies (1859), El origen del hombre (1871)—, según el cual los diversos seres vivos resultan de la evolución y selección natural de aquéllos mejor adaptados al medio ambiente, a través de la lucha por la supervivencia y gracias a la transmisión de los caracteres por la heren­cia. Por esos años, en 1866, el botánico austríaco Gre­gor Mendel había descubierto las leyes de la herencia biológica. Especial influjo alcanza, en fin, el marxis­mo. En El capital, Karl Marx estudia sistemáticamente la sociedad capitalista, a la que ve sujeta también a unas leyes específicas. Desde principios materialistas, Marx afirma que el motor del desarrollo histórico es la lucha de clases sociales y explica así las causas de las revolu­ciones burguesas y las contradicciones de la nueva so­ciedad capitalista, contradicciones que propician nue­vas revoluciones, en este caso proletarias. La filosofía marxista, por tanto, no se limita a interpretar el mundo, sino que propone transformarlo, lo que explica que el marxismo se convirtiera en la ideología predominante en los movimientos obreros de fin de siglo.

Emile Friant

lunes, 7 de diciembre de 2015

REALISMO Y NATURALISMO EN ESPAÑA

REALISMO Y NATURALISMO. CARACTERÍSTICAS GENERALES DEL MOVIMIENTO. LA NARRATIVA REALISTA: GALDÓS, CLARÍN Y PARDO BAZÁN.

   El Realismo fue una corriente artística que, frente al idealismo romántico, pretendía representar la realidad con fidelidad y verosimilitud. Surge en Francia, en la primera mitad del siglo XIX, con autores como Balzac, Stendhal y Flaubert, y se extiende por toda Europa en la segunda mitad del siglo.
   El Realismo se caracteriza por ofrecer una visión objetiva de la realidad que rodea al escritor, con frecuente intención crítica y un estilo literario sobrio y preciso, lejos de la exuberancia retórica del Romanticismo.
    La novela fue considerada el género más apto para reflejar la realidad, por lo que las características del realismo son, en gran parte, las características de la novela realista.

lunes, 30 de noviembre de 2015

DON JUAN TENORIO, José de Zorrilla

DON JUAN

¿Con que hay otra vida más,
y otro mundo que el de aquí?
¿Con que es verdad, ¡ay de mí!,
lo que no creí jamás?
¡Fatal verdad que me hiela
la sangre del corazón!
¡Verdad que mi perdición
solamente me revela!
¿Y ese reloj?

ESTATUA

Es la medida
de tu tiempo.

DON JUAN

¿Expira ya?

ESTATUA

Sí; en cada grano se va
un instante de tu vida

DON JUAN

¿Y esos me quedan no más?

ESTATUA

Sí.

DON JUAN

¡Injusto Dios! Tu poder
me haces ahora conocer,
cuando tiempo no me das
de arrepentirme.
DON JUAN ¿Con que hay otra vida más, y otro mundo que el de aquí? ¿Con que es verdad, ¡ay de mí!, lo que no creí jamás? ¡Fatal verdad que me hiela la sangre del corazón! ¡Verdad que mi perdición solamente me revela! ¿Y ese reloj? ESTATUA Es la medida de tu tiempo. DON JUAN ¿Expira ya? ESTATUA Sí; en cada grano se va un instante de tu vida DON JUAN ¿Y esos me quedan no más? ESTATUA Sí. DON JUAN ¡Injusto Dios! Tu poder me haces ahora conocer, cuando tiempo no me das de arrepentirme.
Leer más: http://protestantedigital.com/magacin/13222/Don_Juan_Tenorio_y_la_salvacion_por_amor
La estatua habla. Al oír sus palabras, el Tenorio interroga con estupor, pero sin miedo. DON JUAN ¿Con que hay otra vida más, y otro mundo que el de aquí? ¿Con que es verdad, ¡ay de mí!, lo que no creí jamás? ¡Fatal verdad que me hiela la sangre del corazón! ¡Verdad que mi perdición solamente me revela! ¿Y ese reloj? ESTATUA Es la medida de tu tiempo. DON JUAN ¿Expira ya? ESTATUA Sí; en cada grano se va un instante de tu vida DON JUAN ¿Y esos me quedan no más? ESTATUA Sí. DON JUAN ¡Injusto Dios! Tu poder me haces ahora conocer, cuando tiempo no me das de arrepentirme.
Leer más: http://protestantedigital.com/magacin/13222/Don_Juan_Tenorio_y_la_salvacion_por_amor
DON JUAN ¿Con que hay otra vida más, y otro mundo que el de aquí? ¿Con que es verdad, ¡ay de mí!, lo que no creí jamás? ¡Fatal verdad que me hiela la sangre del corazón! ¡Verdad que mi perdición solamente me revela! ¿Y ese reloj? ESTATUA Es la medida de tu tiempo. DON JUAN ¿Expira ya? ESTATUA Sí; en cada grano se va un instante de tu vida DON JUAN ¿Y esos me quedan no más? ESTATUA Sí. DON JUAN ¡Injusto Dios! Tu poder me haces ahora conocer, cuando tiempo no me das de arrepentirme.
Leer más: http://protestantedigital.com/magacin/13222/Don_Juan_Tenorio_y_la_salvacion_por_amor

viernes, 27 de noviembre de 2015

MADRID, BARÇA, YIHAD, Plácid García-Planas



MADRID, BARÇA, YIHAD

   Azhar Hanani jugó al fútbol con la peña. Después del partido, se ajustó un pesado cinturón debajo de su camiseta del ReaI Madrid y se fue colina arriba. A explotar su cuerpo en el asentamiento judío de Elon Moreh.
   Quiso morir así. A los diecisiete años. Tras un partido de fútbol. Matando al enemigo con su camiseta blanca.
   —Fue el 29 de mayo de 2002. El viernes hizo siete años. Mató a tres o cuatro judíos —comenta Yusuf Abu Amar en su farmacia, llamada The Antidote Pharmacy. 
   Yusuf se graduó en Farmacia por la Universidad Católica de Lovaina, es imán y se sabe el Corán de memoria.
   —Aquí —dice— nunca habrá paz.
   Azhar fue el primer shahid de Bet Furik, el primer mártir del islam en este pueblo palestino de una Samaria con monumentos a Sadam en unas colinas e iluminados colonos hebreos en las de enfrente. Todos en Bet Furik admiran profundamente su acción: tres o cuatro colonos menos. Y el equipo local lleva hoy su nombre: Fútbol Club Azhar.
   Un año después se explotó Habash Hanani, primo de Azhar y alma culé. Porque todos en Bet Furik —ayer territorio Al Fatah y hoy punta de lanza de Hamas en Cisjordania— son del Barça o del Madrid. De los trece shabides que ha dado el pueblo, siete eran fanáticos del balón: cuatro culés y tres merengues.
   —No somos terroristas. Esto no nos gusta. Sólo defendemos nuestros derechos. No odiamos a los judíos porque sean judíos —asegura el madridista Omar Abed al Rauf, jeque de la mezquita.
   —¿Qué le diría a su hijo si un día le expresa el deseo de matar y matarse con una bomba? —le pregunto al jeque.
   —No lo apoyaría. Pero tampoco se lo impediría —contesta. Es la misma respuesta que el jeque da a la pregunta de qué le diría a su hijo si se hiciera del Barça: que elija su propio camino.
   En la cancha de fútbol, con los asentamientos judíos donde murió Azhar recortando el perfil de las colinas, los culés y los merengues del pueblo —algunos unidos por estudiadas barbas— le dan esta tarde al balón. Y, sorprendentemente, uno de los culés escoge una palabra hebrea para reflejar lo que sienten cada vez que el Barça —el de verdad— salta al campo: bemetaj, algo así como el corazón en un puño.
   —¿Qué pone ahí? —le pregunto a un chico con un escrito en árabe estampado en su camiseta de fútbol.
   No me lo dice: un adulto le indica que no me lo diga.
   —Cuatro shabides de Bet Furik eran del Barça y tres del Madrid... ¿Es una competición? —le pregunto a un jugador culé llamado Mohamed.
   —No... salió así... —Y todos los jugadores sonríen.
   —¿Cuál es tu sueño? —le pregunto para ir más allá del fútbol, para que me hable de un futuro quizá de paz...
   —¿Mi sueño?... Jugar un día en el Barça —responde.
   —El primer shahid era del Madrid y se fue con la camiseta puesta —le comento a un merengue que también se llama Mohamed.
   —Sí. Madridista hasta el final. Estamos muy orgullosos.
   —¿Harías tú lo mismo?
   —No. Porque tengo familia y porque no somos mártires por ser mártires. Amamos la vida.
   Nadie sabe si Habash Hanani, el segundo mártir del pueblo, se explotó entre civiles con la camiseta azulgrana puesta. En la casa familiar, su hermano Maizan enumera las estrellas del Barcelona que más fascinaban al shahid...
   —¿Qué crees que piensan los jugadores del Barça de la inmolación de tu hermano?
  —Tienen que entender que estamos bajo una ocupación. No podemos mirar sólo al Barça y olvidarnos de nuestra gente.
   Maizan muestra una foto de Habash con dos amigos, todos en plan pose con gafas de sol y una playa tropical photoshop detrás.
   —¿Dónde está ahora Habash?
   —En el Paraíso. Eso seguro —contesta Maizan con sus hermanos pequeños dando vueltas por el sillón disparándose con pistolas de juguete.
   Yusuf describe cómo —según el islam— Azhar vive ahora en el Paraíso: su cuerpo tiene quince metros de altura, potencia eterna y, «para empezar», decenas de vírgenes a su disposición.
   En Bet Furik se saben de memoria cada alineación del Barça y del Madrid. Con más exactitud que otras alineaciones. Porque, en contra de lo que recuerdan el imán y el jeque, Azhar no murió en el año 2002: murió en 2003. No murió el 29 de mayo: murió el 30 de abril. Y, en contra de lo que todos creen en el pueblo, no murió matando a ningún judío. Ni siquiera llegó a apretar el interruptor de su cinturón: fue acribillado por el ejército israelí antes de traspasar la valla de Elon Moreh.
   Lo que sí saben con certeza es que Azhar se fue con la camiseta blanca. Que cuatro shahides eran superculés y tres supermerengues. Y que, en las inciertas colinas de Samaria, los culés han ganado esta tarde por esa misma proporción —cuatro a tres— en el clásico de Bet Furik.
  —Aquí todo esto es normal —dice el imán-farmacéutico en The Antidote, explicando satisfecho que se ha echado una novia marroquí por Internet.

PLÀCID GARCIA-PLANAS, Jazz en el despacho de Hitler, Península, Barcelona, 2010.

jueves, 26 de noviembre de 2015

ROMANTICISMO: POESÍA Y TEATRO



LA POESÍA ROMÁNTICA: ESPRONCEDA, BÉCQUER Y ROSALÍA DE CASTRO


      La libertad romántica se manifiesta en los temas ( amor, soledad, angustia, libertad, la naturaleza) y, especialmente, en la versificación, practicando un métrica muy libre, caracterizada por la polimetría y la diversidad estrófica: se innova combinando estrofas y metros diferentes en un mismo poema; se potencia la musicalidad del verso con nuevos ritmos acentuales: poemas polirrítmicos, escalas acentuales ascendentes y descendentes y profusión de rimas agudas y esdrújulas. Junto a los metros cortos populares, se utilizan versos extensos de catorce y hasta de dieciséis sílabas. Cultivaron tanto las estrofas extensa como las breves: romance, silva, terceto, cuarteto... Espronceda popularizó la octavilla aguda de la Canción del pirata y se revitalizaron las coplas de pie quebrado. Los románticos utilizan un lenguaje connotativo y simbólico, extraído muchas veces de la naturaleza. El predominio de la expresión subjetiva de los sentimientos provoca la abundancia de interjecciones y vocativos, oraciones interrogativas y exclamativas, frases entrecortadas, puntos suspensivos y una adjetivación intensa, como corresponde a un estilo enfático, con gran profusión de imágenes, colorido y sonoridad.
      En la poesía romántica se distinguen dos corrientes fundamentales: la poesía narrativa y la poesía lírica.

A) La poesía narrativa.

   Floreció en la primera mitad del siglo XIX. Esta corriente poética entronca con la épica medieval, el romancero y las leyendas de transmisión oral, aunque sirviéndose de los recursos del lenguaje lírico. Trata temas filosóficos, histórico-legendarios o exóticos. Son frecuentes los elementos misteriosos y sobrenaturales, con imágenes fantasmagóricas y lúgubres y la localización de las historias en lugares cargados de tradición, como Toledo, Salamanca o Sevilla. Estos rasgos relacionan esta manifestación poética con la recuperación romántica del pasado como tiempo idealizado. Los ejemplos más valorados de la poesía narrativa romántica son El estudiante de Salamanca y El diablo mundo, de Espronceda y las Leyendas, de Zorrilla.

B) La poesía lírica.

   Se caracteriza por su subjetivismo y sentimentalismo, pero experimentó dos momentos diferentes a lo largo del siglo:
      -En la primera mitad del siglo XIX, la figura más relevante es Espronceda que, en sus Canciones, cultiva una poesía caracterizada por el énfasis retórico y el tratamiento de temas grandilocuentes como la lucha por la libertad y los conflictos entre el individuo y el mundo.
    -En la segunda mitad del siglo XIX, se produjo, tardíamente, el desarrollo más importante de esta poesía, con la obra de Bécquer y Rosalía de Castro. Se trata de una poesía intimista, descargada del exceso retórico del primer Romanticismo, aunque comparten la visión pesimista del mundo, el sentido de la vida, el sentimiento de soledad, el amor, como fuente de desengaño y frustración y la muerte.

miércoles, 25 de noviembre de 2015

ROMANTICISMO: CARACTERÍSTICAS


  Se conoce con el término Romanticismo el movimiento cultural que se opone, de forma más o menos explícita, a los principios característicos de la Ilustración y que es resultado de la profunda crisis social e ideológica de un mundo en acelerado cambio, como es el de las primeras décadas del siglo XIX. La crisis y el declive de los seguros valores tradicionales, la despersonalización del individuo dentro de la masificación propia de la nueva sociedad industrial, el auge del materialismo y la tecnificación, las bruscas transformaciones que se producen en la vida de los hombres, los conflictos de identidad personal o colectiva, conducen a dos actitudes opuestas: al rechazo de la nueva sociedad —bien añorando un pasado perdido, bien forjando mundos ideales—, o a la reivindicación de un progreso más acentuado que permita alcanzar un modelo social verdaderamente humano, en el que tengan cabida la fantasía, la espiritualidad, la libertad o la justicia:

   No sería inteligible el fenómeno romántico sino se incluyese en la gran transformación histórica que, en el mundo occidental, supuso el establecimiento del sistema económico de producción industrial y capitalista que, además, se manifestó estrechamente unido a episodios políticos, bélicos y tecnológicos. De manera que la aceleración del ritmo histórico fue adquiriendo un movimiento uniformemente acelerado capaz de alterar el tono vital de las gentes, tono que ya había iniciado su mutación cuando la estética dieciochesca de la subjetividad comenzó a reorientar la sensibilidad y los valores morales. Un mundo en cambio total en el que sus piezas más significativas mantenían estrechas relaciones entre sí fue el contexto en el que la actividad de los artistas generó el discurso artístico de la modernidad.

[Leonardo Romero Tobar: Panorama crítico del Romanticismo español]


Caspar David Friedrich

martes, 24 de noviembre de 2015

TOKIO BLUES: UNA GUÍA DE LECTURA

HARUKI MURAKAMI, Tokio blues, Tusquets, Barcelona, 2005, 384 páginas.

 Un modelo de análisis de una novela.

PROPUESTAS DE TRABAJO VOLUNTARIO EN PEQUEÑO GRUPO

  1. La música en Tokio blues. [Interdisciplinariedad]
  2. La literatura en Tokio blues. [Intertextualidad]
  3. Cultura oriental y cultura occidental en Tokio blues. [Sociología de una colonización]  

lunes, 23 de noviembre de 2015

UNA CASA ABIERTA, Fernando León de Aranoa

UNA CASA ABIERTA

Habían entrado en la casa con miedo. La puerta es­taba abierta, y antes que ellos habían pasado por allí los soldados. Había colillas en el suelo, los armarios estaban forzados y las alfombras manchadas del barro de las bo­tas de muchos hombres. Siempre era así cuando encon­traban una casa: ellos eran los últimos en acceder, y nunca quedaba en ellas nada de valor. Apenas pequeños objetos, portarretratos vacíos, abrecartas, un cepillo. Nunca ropa o alimentos, que eran lo primero en desa­parecer, lo que más falta hacía en aquellos días. Eso no desalentaba a los chicos. Sus incursiones perseguían emociones, aventuras que revivir al día siguiente, al contarlas en la escuela, antes que objetos.
   A cambio encontraban a veces una ausencia apresu­rada, un vestigio de momentos vividos, atrapados en retratos y espejos velados, en el cuero gastado de los brazos de los sillones, en el vicio de los colgadores va­cíos. Y siempre un crepitar de madera y cristales rotos bajo los pies, pese a la cautela de sus pisadas, al aden­trarse en las casas.
   A Raúl le gustaba detenerse ante los espejos: en ellos creía adivinar cuanto habían reflejado antes. Matrimonios vestidos con elegancia, arreglándose para salir al teatro. La inseguridad de un muchacho que acude a su primera cita. La vanidad de una mujer joven, hermosa, a veces desnuda. Y una mano delicada, que se ajusta li­geramente la cintura, y realza el pecho.
   Humeaba aún en las casas la inquietante cotidianei­dad de los objetos. Una cama deshecha, sus sábanas ti­bias aún, arrugadas, levantándose aquí y allá en cordille­ras y macizos montañosos, constituía para Raúl un mapa de fácil lectura, una bitácora elocuente que interpretaba con eficacia de experto. En la orografía caprichosa de sus arrugas adivinaba a veces las señales del amor re­ciente, los abrazos y las caricias; otras, la silueta tierna de una adolescente a la que la proximidad de la guerra le impide conciliar el sueño.
   Y cubiertos y loza blanca, copas altas de cristal, una mesa dispuesta para una comida familiar que nunca lle­gó a celebrarse. Y un tablero de ajedrez a mitad de par­tida, en el que juegan las blancas y ganan. Y un libro marcado con una rama seca de laurel, su lectura aban­donada a doce páginas exactas del final: la urgencia de la partida.
   La casa en la que entran hoy no es igual a las otras. Se ha combatido en ella, a juzgar por las mordeduras de la metralla en las flores del papel pintado de las paredes. No hay aquí rastro de comida, mantas, abrigo. Nada que poder canjear después, de lo que obtener beneficio.
   En una de sus habitaciones, la que asemeja un des­pacho, Raúl encuentra en el suelo, junto a la mesa, un cartapacio pisoteado. Está lleno de escritos que escapan de su interior, desplegados por el suelo como un abani­co violento, como una víscera furiosa.
   Y, sin que pueda explicar por qué, a Raúl le resultan valiosos. La letra sinuosa y leve, el papel amarillento.
   Quizá adivina la vida en ellos.
  Salaberri, Repe y Guzmán. Sus amigos, que lo son desde que empezaron juntos la escuela, hace no tantos años, le encuentran sentado en el suelo, leyendo en voz alta. Al principio les cuesta comprender el sentido de sus palabras, pero pronto su significado se les revela cursi, inaceptable. Digamos ridículo. Y se burlan y repi­ten los vocablos vergonzantes. Y dicen Amor, y dicen Labios, y Rumor, y Pétalo, y Pechos. Y sobreactúan be­sos y abrazos, y se burlan, y se mueren de la risa en un tiempo en el que lo natural era morirse del miedo.
   Pero Raúl sigue leyendo, por encima de todo. De las burlas, de los empujones, y de un fuego lejano y lento de mortero, que pespunta obstinado desde hace meses el silencio de las tardes y el miedo inigualable de las ma­dres.
   La explosión de un obús en un parque próximo in­terrumpe la lectura y las risas. Repe, Guzmán y Salaberri corren hacia la salida como por efecto de la onda expan­siva. Crepita con fuerza ahora bajo sus pies la hoguera de cristales rotos. Raúl recoge apresurado los escritos, los mete como puede en la carpeta y sale tras ellos.
   En su carrera desesperada pasa ante un gran espejo.
   Más tarde jurará haber visto en él el reflejo de un hombre enorme con bigote, casi un gigante, sentado a una mesa, escribiendo.
  Damián Castro Reygadas lleva dando clase en el colegio público Catorce de Abril algunos meses, pocos. No es un gran profesor de Lengua y Literatura, pero algunos contactos le han permitido obtener la plaza. Su padre ocupó durante años un cargo en el Ministerio de Ins­trucción Pública antes de regresar a Galicia, donde aho­ra vive un retiro feliz y desahogado. Pese a sus ideas ul­tracatólicas, conserva aún buenos amigos en la capital, lo que le ha permitido salvaguardar sus propiedades en ella: una casa grande en el barrio de Salamanca, dos au­tomóviles, y algunos inmuebles de menor entidad en el centro de la ciudad.
   Uno de ellos lo ócupa su hijo Damián, en general más preocupado de obtener los favores de alguna de las solteras con las que gusta relacionarse, que de la forma­ción literaria de sus alumnos.
   Como hoy, que no es capaz de dejar de pensar en la cita que, al acabar las clases, ha concertado con una mo­dista del taller de costura Regalado, local de confeccio­nes delicadas que ocupa el bajo C del edificio en el que vive. Han sido necesarios algunos encuentros fortuitos en la escalera y al menos dos negativas, antes de que la joven costurera haya consentido en compartir un paseo y dejarse invitar a una horchata en la terraza de Julián, al caer la tarde. Sabe Damián que quizá una oportunidad así no se le vuelva a presentar, por eso planea el encuen­tro al detalle. Y calcula las palabras que dirá, el contenido exacto de sus comentarios, la ocurrencia que seguro la hará reír. Busca, en fin, la manera de perdurar en su me­moria.
   Éstos y no otros son los pensamientos que ocupan por completo su cabeza, mientras sus alumnos leen en voz alta el poema de tema libre que días atrás les pidió que escribieran, por una cara sólo y sin ayuda de sus padres.
   Es el turno de Raúl. Nota cómo le tiemblan las pier­nas al ponerse en pie, en parte por los nervios lógicos que le sobrevienen al leer frente a la clase, en parte por­que está mintiendo: ha decidido presentar uno de los poemas que encontró en la casa como si lo hubiera es­crito él. La noche anterior, mientras lo transcribía en la soledad de su dormitorio, le había parecido un plan in­falible. Ahora, por el contrario, no tiene ninguna duda de que va a ser descubierto. El maestro advertirá que ésas no son sus palabras, sino las de otro, que él ha to­mado prestadas.
   No sucede.
  Cuando termina de leer, Damián dice que el poema es cursi y está mal escrito. Raúl no aprobará Redacción este trimestre, pero se consolará pensando que no es a él a quien han suspendido, sino a ese otro, a quien ni si­quiera conoce.
   En el tranvía, de vuelta a casa, el maestro relee con desgana los poemas que sus alumnos han presentado. En­tonces cree advertir en el de Raúl una luz que antes, al escucharlo en la clase, no supo ver.
   Esa tarde él notará también un temblor en las pier­nas cuando, transcrito en un papel, se lo regala a la bella modista en la terraza de Julián. Busca el momento opor­tuno y cree encontrarlo instantes antes de la despedida.
   Y aunque asegura haberlo escrito pensando en ella, a la chica el poema le resulta cursi. Lo guarda pese a todo en su bolso, más por cortesía que porque aparente tener interés alguno en conservarlo.
Damián regresa a su apartamento sin el beso que esperaba a cambio, pero con la decisión ya tomada de que Raúl suspenderá Redacción también el siguiente tri­mestre.
   La joven costurera olvidará pronto aquella cita. Cuando, días después, Damián es hecho preso y fusilado al ha­berse dado a conocer su ascendencia familiar e intere­ses, ella le llora con desconsuelo. Al cumplirse el mes de sus funerales, ya le ha olvidado por completo. El poema que Damián le regaló va a parar a una caja de zapatos forrada con postales de otras ciudades enviadas por sus muchos pretendientes, junto a otros poemas, pétalos de flores secas y notas de amor manuscritas.
   Meses más tarde lo presentará como si fuera suyo a un concurso radiofónico. La costurera se siente legitima­da para hacerlo, ¿no fue ella a fin de cuentas quien lo inspiró? Harta del bajo salario mensual que percibe en el taller de costura Regalado, y decidida a buscar un hori­zonte distinto, al coste que sea, la modista transcribe el poema en una cuartilla y lo remite a la emisora. El jurado constituido para la ocasión está formado por un editor de prestigio, un crítico literario y tres escritores. Todos, sin excepción, encuentran el poema cursi, inaceptable y ridículo, por lo que resulta descalificado en la primera ronda de deliberaciones. Sin embargo, uno de los escri­tores, poeta de escaso talento y pese a eso cierto éxito, presionado por los plazos y una incapacidad creativa transitoria, lo envía como propio a una editorial mexica­na ocupada en esos días en publicar una antología bajo el epígrafe Poesía Actual Iberoamericana.
   La editorial invita a prologar el poemario a Neruda, el popular poeta chileno, por aquel entonces Cónsul Ge­neral de su país en México, que había vivido el comien­zo de la guerra española durante su estancia en Ma­drid.
   Las galeradas que habrán de inspirar su escritura llegan con puntualidad a su residencia en Coyoacán. El poeta reserva una tarde tranquila para leerlas.
   A Neruda el poema no le gusta. Le resulta cursi, ina­ceptable. Digamos ridículo. Y sin embargo familiar, ex­trañamente evocador. Cierra el ejemplar y se pregunta por la lógica misteriosa de los recuerdos.
   Sentado luego a su mesa, casi un gigante, Neruda es­cribe.
   El prólogo, que titulará Una casa abierta, describe la poesía como una mujer que abraza, generosa y mater­nal; como una parroquia, como un espacio común, te­chado, al que es bienvenido todo el que de ella busca amparo; poesía que no pertenece ya más a quien la fir­ma, sino a quien la necesita.

FERNANDO LEÓN DE ARANOA, Aquí yacen dragones, Seix Barral, Barcelona, 2013,
pp. 180-186.

  1. Resume la historia.
  2. Tema del cuento.
  3. ¿Qué consideración subyace de la literatura en el relato? 
  4. Explica, sirviéndote del texto, qué relaciones pueden existir entre el arte y la historia del arte.

viernes, 13 de noviembre de 2015

MACONDO, Alberto Manguel & Gianni Guadalupini


MACONDO

   Pueblo colombiano fundado mucho tiempo atrás por José Arcadio Buendía, cuya desaforada imaginación siempre iba más lejos que el ingenio deja naturaleza. José Arcadio dispuso de tal modo la posición de las casas que desde todas podía llegarse al río y abastecerse de agua con igual esfuerzo, y trazó las calles con tan buen sentido que ninguna casa recibía más sol que otra a la hora del calor. Construyó trampas y jaulas, y llenó de turpiales, canarios, azulejos y petirrojos todas las casas de la aldea. El concierto de tantos pájaros distintos llegó a ser tan estruendoso que los gitanos que todos los años llegaban a Macondo para mostrar a sus habitantes la última maravilla del mundo se orientaban por el canto de los pájaros.
   Hacia el oriente la sierra protege a Macondo; al sur están los pantanos, cubiertos de un eterno manto vegetal, y el vasto universo de la ciénaga grande. Esta se confunde al occidente con una extensión acuática sin horizontes, donde hay cetáceos de piel delicada con cabeza y torso de mujer, que pierden a los navegantes con el hechizo de sus firmes y tentadores pechos. Al norte, después de varios días de marcha a través de una peligrosa jungla, se encuentra el mar.
   Entre los acontecimientos más extraordinarios de la historia de Macondo está la epidemia de insomnio que se abatió sobre la aldea. Lo más temible de esta enfermedad no era la imposibilidad de dormir, pues el cuerpo no sentía cansancio alguno, sino su inexorable evolución hacia la pérdida de la memoria.
   No se permitía a los forasteros comer ni beber nada durante su estancia en Macondo, pues no había duda de que la enfermedad era contagiosa. Para no olvidar qué eran las cosas, las marcaron con su nombre respectivo: «cacerola», «mesa», «vaca», «flor». En la en­trada del camino de la ciénaga pusieron un cartel que decía «Macondo» y otro más grande en la calle central que decía «Dios existe». (Gabriel García Márquez, Cien años de soledad Buenos Aíres, 1967)


ALBERTO MANGUEL & GIANNI GUADALUPINI, Guía de los lugares imaginarios, Alianza Editorial, Madrid, 2014, pp. 352-353.






miércoles, 11 de noviembre de 2015

EL REALISMO MÁGICO


DEFINICIÓN SOBRE EL REALISMO MÁGICO

   Los críticos literarios han utilizado la expresión "Mágico" para designar una tendencia en la novelística del Siglo XX. Esta se caracteriza por la inclusión y el respeto a los mitos dentro de un contexto realista. No pocos estudiosos incluyen elementos sobrenaturales, míticos y de la creencia popular. No se trata de "presentar la magia como que fuera real" sino de presentar "la realidad como si fuera mágica". Es una focalización de lo sobrenatural. Es un género de Ficción plantado principalmente por los novelistas iberoamericanos durante la segunda mitad del Siglo XX.
   El realismo mágico, como gran parte de la literatura de la segunda mitad de siglo, es esencialmente moderado. Muestra la realidad narrativa con elementos fantásticos y fabulosos, no tanto para reconciliarlos como para exagerar su aparente contrariedad. El reto que esto supone para la noción común de la "realidad" lleva implícito un cuestionamiento de la "verdad" que a su vez puede socavar de manera deliberada el texto y las palabras, y en ocasiones la autoridad de la propia novela.
   El término fue inicialmente usado por un crítico de arte, el alemán Franz Roh, para describir una pintura que demostraba una realidad alterada y llegó al idioma español con la traducción en 1925 del libro Realismo mágico (Revista de Occidente, 1925), fue en gran medida influenciado por las obras surrealistas de la escritora chilena María Luisa Bombal, pero más tarde en 1947, fue introducido a la literatura hispanoamericana por Arturo Úslar Pietri en su ensayo El cuento venezolano. Señala Úslar:
   Lo que vino a predominar en el cuento y a marcar su huella de una manera perdurable fue la consideración del hombre como misterio en medio de datos realistas. Una adivinación poética o una negación poética de la realidad. Lo que a falta de otra palabra podrá llamarse un realismo mágico.
   El crítico venezolano Víctor Bravo señala que la noción de 'realismo mágico' nació casi de manera simultánea con la de 'real maravilloso': "La formulación inicial de una y otra noción -como referencia a un modo de producción literaria latinoamericana- se hace casi de manera simultánea. En 1947, Arturo Úslar Pietri introduce el término "realismo mágico" para referirse a la cuentística venezolana; en 1949 Alejo Carpentier habla de "lo real maravilloso" para introducir la novela El reino de este mundo". y algunos la consideran que es la novela iniciadora de esta corriente literaria.
   Como referente literario previo al uso del término realismo mágico por parte de Úslar Pietri debe citarse a Massimo Bontempelli quien, en 1919, "conquista gran popularidad al publicar sus novelas del ciclo la 'Vida intensa', iniciándose en una literatura –según nota de Nino Frank en el 'Dictionnaire des Auteurs', de Laffont-Bompiani– que sacrifica la corriente convencional de la época, a la manera de Anatole France, convirtiéndose en una especie de apóstol de lo que se conoció como “realismo mágico”".
   El realismo mágico se desarrolló muy fuertemente en las décadas del '60 y '70, producto de las discrepancias entre dos visiones que en ese momento convivían en Hispanoamérica: la cultura de la tecnología y la cultura de la superstición. Sin embargo, existen textos de este tipo desde la década de 1930, en las obras de José de la Cuadra, en sus nouvelles -por ejemplo, La tigra-, y también sería desarrollado en profundidad este estilo de escritura por Demetrio Aguilera Malta ("Don Goyo", "La isla virgen")...

CARACTERÍSITICAS DEL REALISMO MÁGICO

  • Contenido de elementos mágicos/fantásticos, percibidos por los personajes como parte de la "normalidad".
  • Elementos mágicos tal vez intuitivos, pero (por lo general) nunca explicados.
  • Presencia de lo sensorial como parte de la percepción de la realidad.
  • En términos de espacio la mayoría se ubica en los niveles más duros y crudos de la pobreza y marginalidad social, espacios donde la concepción mágica, mítica se hace presente.
  • Los hechos son reales pero tienen una connotación fantástica, ya que algunos no tienen explicación, o son muy improbables que ocurran.
  • Se refiere a la novedad de los personajes irreales que siempre actúan sin actuar, es decir, que la copiosidad del personaje se ve reflejada en cada letra de la novela.

PRINCIPALES AUTORES

   Entre sus principales exponentes están el guatemalteco Miguel Ángel Asturias y el colombiano Gabriel García Márquez, ambos galardonados con el Premio Nobel de Literatura. También destacan autores como el gallego Álvaro Cunqueiro, aunque muchos aclaman como padres del realismo mágico a Juan Rulfo con Pedro Páramo, Arturo Uslar Pietri con su cuento La lluvia (1935), Elena Garro con Los recuerdos del porvenir, José de la Cuadra, Pablo Neruda y otros. Jorge Luis Borges también ha sido relacionado al realismo mágico, pero su negación absoluta del realismo como género o como una posibilidad literaria lo pone contra este movimiento. Laura Esquivel de México, con Como agua para chocolate, y Alejo Carpentier, de Cuba, en su prólogo a El reino de este mundo, definen su escritura inventando el concepto de real maravilloso, que, a pesar de sus semejanzas con el realismo mágico, no debería ser asimilado a él.

DIFERENCIA ENTRE EL REALISMO MÁGICO Y EL SURREALISMO

   El realismo mágico trata de lo improbable; el surrealismo, de lo imposible. Un pintor surrealista como Magritte emplea la misma técnica precisionista de los mágicorrealistas, pero incluye en sus cuadros yuxtaposiciones imposibles (la locomotora que sale de una chimenea, por ejemplo). En cambio, la presencia de una culebra en la escalera de una casa de apartamentos en un cuadro del francés Pierre Roy, es totalmente inesperada, improbable, pero no imposible. El mágicorrealista descubre el elemento mágico en la vida sin deformarla. El surrealista se entrega mucho más a las deformaciones oníricas.

Wikipedia
&
Pierre Roy


lunes, 9 de noviembre de 2015

GALICIA, SOCIEDAD PRELÓGICA Y ACIENTÍFICA. LA PROCESIÓN DE LAS MORTAJAS



La tradición cuenta que una vez, en los tiempos antiguos de las primeras peregrinaciones a Compostela, cuatro salteadores de los caminos del Apóstol fueron a caer en manos de la justicia de A Póboa do Caramiñal, desviados por error de la ruta jacobea. El regidor local, Juan de Linares, estaba muy enfermo y su familia había comprado ya ataúd y hábito mortuorio para él. Ofrecido devotamente al santo, curó rápidamente y, agradecido, acudió a presidir la procesión anual vestido con el hábito preparado para su muerte y con el féretro.Delante del pueblo, hizo profesión de fe y perdonó la pena de muerte de los cuatro condenados que esperaban ejecución, por la necesidad legal de que el regidor debía presenciar el cumplimiento de la sentencia. Desde entonces, existen los nazarenos y las mortajas de esta villa marinera de Galicia.


Nos encontramos ante una tradición que se manifiesta de forma muy similar en otras romerías gallegas como la de Santa Marta de Ribarteme, en As Neves, el Santo Cristo de Xende o los Milagros de Amil. Carmelo Lisón, en su libro De la estación del amor al diálogo con la muerte, se refiere a estas procesiones como “una alegoría de lo que somos y una metonimia de lo que pronto seremos”As Neves, el Santo Cristo de Xende o los Milagros de Amil.






MAN, Steve Cutts



martes, 3 de noviembre de 2015

MODELO DE EXAMEN NOVIEMBRE 2015


   La televisión pública engaña a los espectadores y la escuela a los niños, porque celebran Halloween diciendo que celebran el samaín. El Samahaim era una celebración en memoria de los antepasados. Los celtas no salían a la calle para meterse miedo unos a otros; se reunían, comían y bebían juntos en memoria de sus antepasados. El magosto tradicional mantiene el espíritu de la fiesta celta. Un grupo de personas asan las castañas y todas juntas las comen bebiendo vino y cantando. Luego, con la cara tiznada, se van a la taberna o a una casa a cenar y continúan bebiendo. Los celtas decían que el que no prestaba su razón a los antepasados, perdiéndola por la abundancia de bebida, podría perderla luego en la vida de todos los días. Esto se expresa con aquel dicho: «Os meniños i o borracho dicen o que ten debaixo do papo»; es decir, prestan su voz a la verdad que viene del otro mundo.

MANUEL MANDIANES, La Voz de Galicia, 31 de octubre de 2015.

  1. Explica el significado de las siguientes palabras o expresiones destacadas en negrita en el texto. [1 punto]
  2. Resume el contenido del texto; hazlo entre 5 y 10 líneas. Si lo prefieres, puedes optar por elaborar un esquema ordenado que ponga de relieve las ideas principales. [1,5 puntos]
  3. Redacta un comentario crítico sobre el texto, manifestando tu acuerdo o desacuerdo con las ideas contenidas en él. Recuerda que debes elaborar un texto propio, argumentativo, bien organizado, redactado con corrección y adecuación. [1,5 puntos]
  4. Indica el tipo de unidad gramatical y la función sintáctica desempeñada por elementos subrayados en el texto. [1 puntos]
  5. (a) Escribe un texto congruente en el que utilices una oración final, una adversativa, una consecutiva y una adjetiva o de relativo. (b) Escribe un texto congruente en el que emplees cuatro valores distintos del pronombre se. Explícalos. [1 puntos]
  6. Plenilunio: suspense, contrapunto y multiperspectivismo. [1 punto] 
  7. La literatura en el siglo XVIII: prosa didáctica y teatro. [1 punto] 
  8. Sitúa el fragmento en la obra y da los rasgos fundamentales de los dos personajes que aparecen. Detecta el gazapo que contiene el texto.  [2 puntos]
   —Está en cuarto creciente.
   —Yo eso nunca lo sé. ¿Cómo puede estar seguro?
   —Un cura me lo explicó hace muchos años y no se me ha olvidado. La luna es embustera, me decía. Cuando tiene forma de C, no está en cuarto creciente. Lo está cuando parece una D mayúscula. Cada vez que la miro me acuerdo de eso.
   A Susana le estaba pareciendo que la voz de Leonard Cohen era demasiado triste y buscó otra música que le avivara el ánimo, un cedé de Nirvana, Nevermind, que siempre había tenido sobre ella un efecto infalible.

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MATERIALES DE REFERENCIA

Para responder las preguntas 4 y 5, pueden ser consultados los apuntes sobre Clases de palabras (en particular para los valores del pronombre se), La oración simple: funciones sintácticas oracionales y La oración compuesta de la gramática tradicional. 

Para responder a las preguntas sobre Plenilunio es imprescindible haber leído con detenimiento la obra y haberla comprendido plenamente. El Estudio sobre Plenilunio de Antonio Muñoz Molina contiene las respuestas a las cuestiones más reiteradas en el examen de selectividad. 
En este primer examen sólo hay un tema de historia de la literatura: La literatura española en el siglo XVIII a través de la prosa didáctica y el teatro.

 

lunes, 2 de noviembre de 2015

COMENTARIO CRÍTICO, José Ernesto Ayala-Dip


   Es raro el día que no me cruzo con turistas. No bien atravieso el portal de mi casa, esa gente que viaja por placer, según nos enseña el María Moliner que es un turista, me encuentro con ellos. Los veo en frente de mi domicilio, deslumbrados por el skyline de Barcelona. Se sientan en unos bancos diseñados para hacerles más próximos la línea del horizonte, como si pudieran tocarlo. O como si pudieran beberse el mar que divisan. También es raro el día en que no me preguntan algo. Dado que mi vivienda está en el trayecto que tienen que hacer para llegar al Parc Güell, se me acercan con sus planos desplegados. Algo desorientados me preguntan por el camino exacto que los lleve hasta Gaudí. A veces me da por pensar que lo hacen, no tanto por mi asesoramiento callejero, como por ganas de hablar con algún lugareño. Trato de ser escueto y eficaz en mis referencias, pero cuando los veo que se me quedan mirando como si lamentaran que todo acabe ahí, es cuando les pregunto de dónde vienen. Unos son de Bremen. Otros de Kioto. No faltan de Buenos Aires. 

 JOSÉ ERNESTO AYALA-DIP, El País, 7 de enero de 2015.

   Las grandes ciudades están siempre atestadas de turistas, en busca de los monumentos más espectaculares para fotografiarlos, o simplemente para disfrutar de la vista y del ambiente que los rodea. Lugares como Londres o París nunca gozarán de un ambiente tranquilo, bien alejado del ruido de los coches, del constante ir y venir de gente, y de todos los agobios que vienen de la mano cuando hablamos de determinadas capitales. El día en el que ya no se vea a turistas subidos en el London Eye, o yendo a la Torre Eiffel de noche después haber admirado todas las obras de arte del Louvre, ese día, esas capitales no serán lo que eran. Lo mismo ocurriría con Barcelona.
   Al fin y al cabo, aquellas personas forman parte de la ciudades, aunque sea solo por unos días, ya que le aportan vida, diversidad étnica... El hecho de ir caminando por la calle y ver a gente de distintas nacionalidades, con culturas completamente diferentes, significa que esa capital ha conseguido atraer y juntar gente de todos los recovecos del mundo; es algo que la caracteriza y enriquece, así como a todos aquellos que viven en ella.
   Si se intenta acabar o disminuir ese vaivén de turistas, lo que se conseguirá será arrancarle a la ciudad una pequeña parte de su singularidad con la que ellos mismos la han dotado, extirpar una pieza de todo el entramado que conforma su encanto ciudad, y con ello, su personalidad. Es decir, lo que ha conseguido reunir a tantas personas en un mismo lugar.

Helena Fernández Vales

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  En España, el turismo realiza un papel importante en la economía, sobre todo en aquellas ciudades de tan grande atracción turística, como es el caso de Barcelona, Madrid, Sevilla, Santiago de Compostela, Mallorca o las Islas Canarias.
  Se podría decir que nuestro país es uno de los más importantes a nivel internacional hablando de turismo. Sus playas, sus catedrales sus parques o museos, no importa por qué gente de tantas partes del mundo decide visitar este país durante sus vacaciones, la cuestión está en por qué la gente residente en estas ciudades se queja de la que podría ser para ellos “excesiva” cantidad de turistas. Una pregunta bastante absurda teniendo en cuenta que gran parte de estas personas obtienen dinero y beneficios, precisamente, de esta gente. La mayoría de los trabajos en España están dedicados al sector servicios, y dentro de esta gran parte de servicios, obviamente, están los destinados y usados por los turistas. En otras palabras, sin esa cantidad “excesiva” de gente de otras partes del mundo, la mitad de la población en España se quedaría en la calle sin trabajo: conductores de medios de transporte, trabajadores en oficinas de turismo o agencias de viajes, guías turísticas,  empleados de hoteles y restaurantes.
   España vive del turismo, de esos desconocidos que según mucha cantidad de gente “robaron el espacio y lo ensuciaron”, de ese montón de gente es de la que la mayoría de la población en España obtiene un sueldo, y en ningún momento debería ser contestada por tal xenofobia.

Lucía Corral

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   El turismo tiene un papel muy importante en la actividad económica de cada país: genera empleo, desarrolla pequeñas localidades y otorga diferenciación a cada destino.
   Aún siendo conocedores de todas sus ventajas, a gran parte de la sociedad sigue sin agradarles ver turistas por las calles. Atribuyen su enojo a aspectos discutibles, como la suciedad o las aglomeraciones.
   La realidad es que, en pleno siglo XXI, mucha gente sigue llena de prejuicios hacia estos viajeros.
   Puede que sea más cómodo viajar por las calles vacías, sin tener que detenerse a sacar una foto o a indicar una dirección. Pero la comodidad, no es un argumento congruente para ir en contra de los turistas, como podrían ser los impactos ambientales que pueden llegar a generarse.
   Esos que no hacen más que calificar equívocamente a personas que viajan por placer, para culturizarse o simplemente para relajarse; deberían de pararse a pensar en que igual lo que les rodea es más interesante y curioso de lo que consideraban. De esta forma, puede que se den cuenta de que esas muchedumbres no sólo aportan ruido a las calles, sino que les dan vida a estas y a cada lugar de este mundo.

Ángela Novo García
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   Los ciudadanos que tienen mentalidad xenófoba se están quejando de lo inaceptable.
   El hecho de que haya tanto turista por las calles de Barcelona, muestra el valor de esta ciudad como fuente de ingresos en la economía del país. Ellos al llegar aquí gastan, y a través de esos gastos se generan puestos de trabajo que tanto hacen falta en estos tiempos. Por eso mismo, rechazar o poner pegas a la afluencia de turistas conllevaría a un descenso económico notable en Cataluña. En esta época, aparte del motivo anterior, no podemos tener una mentalidad conservadora, porque desde el proceso de globalización el ser humano está destinado a viajar ya sea como en este caso de turista o con otros intereses.
   La ciudad perdería popularidad y dejaría de despertar interés exterior si se actuaría con esa mentalidad perjudicial. La opinión de que a algunos ciudadanos les pueda molestar toparse con tanto extranjero o que tengan miedo a si se ensucia es respetable, pero carece de argumentos de peso para poner en práctica dicha mentalidad, ya que Barcelona se caracteriza por ser una ciudad limpia. La sociedad catalana debería plantearse seriamente las acciones que está realizando porque, en vez de ayudar a sus habitantes, los perjudica.
   Es evidente que con la promoción de la mentalidad xenofóbica se perjudica el bienestar social. 

Bogdan Pasca
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   Uno de los asuntos que más incomoda a la población que vive en el centro de las ciudades importantes, es el alto nivel de turismo que existe en ellas. Los habitantes de Barcelona, entre otros muchos lugares, consideran que el número de personas que visitan esta zona a diario es exagerado y molesto.
   De lo que no son conscientes los ciudadanos que presentan sus protestas, es de que todos esos extranjeros que se encuentran día a día en las puertas de sus casas, son los mismos que favorecen a la economía del país. Todas esas personas que visitan por ejemplo el Parc Güell, lo hacen porque quieren disfrutar admirándolo, por lo que el tipo de turismo al que se refiere este barcelonés es turismo cultural. Estas personas que no están de acuerdo con encontrarse esas aglomeraciones de gente, deberían estar orgullosas de ello, ya que viven en una ciudad con cultura y novedades que atraen a gente de muchos lugares del mundo. Además, si a dichas personas no les gusta ese tipo de ambiente, tener una vivienda cerca del skyline, no es muy adecuado, pero deberían haber sido conscientes de ello antes de comprarla.
   Por lo tanto, todo turista tiene derecho a visitar cualquier zona que se le antoje, y, si a los ciudadanos les molesta, deberían reflexionar sobre el dinero que invierten todos esos extranjeros en la ciudad.

Paula Baroso Cortizas
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   El turismo en Barcelona es muy numeroso, lo cual aporta grandes ingresos a esta ciudad y genera muchos puestos de empleo.
   Es absurdo que se pretenda modificar el modelo turístico de la ciudad cuando no suelen exisJAVIER VILLAVERDE, SARA COUCEIRO, CARMEN VALIÑO, ÁLEX SANTISO, ANA GOLPEtir problemas de gran importancia entre ciudadanos y turistas, sobre todo cuando una gran parte de la población vive de este sector. Además, Barcelona es una ciudad igual de atrayente para los turistas como para los ciudadanos que en ella habitan.
   En lugar de modificar el modelo turístico de las ciudades podría crearse un turismo de mayor calidad mediante pequeñas acciones: educando al turista para que respete los espacios públicos, garantizando suficiente transporte público para todos o apoyando al pequeño comercio relacionado con el turismo.

Alejandro Vázquez Fachal

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   El turismo es una actividad muy frecuente en las grandes ciudades históricas, como es el caso de Barcelona, donde a pesar de las amplias plazoletas y calles, ven su espacio reducido debido a la gran conglomeración de gente que en periodos vacacionales se pueda llegar a alcanzar.
   Es totalmente comprensible que este continuo tránsito de extranjeros no sea del agrado de todos. Pocas personas pueden disfrutar de varias semanas no laborables y eso explica su falta de paciencia ante preguntas que esperan un guía que les señale monumentos, museos, sellos propios de su ciudad natal y que, quizás, por motivos diversos ni ellos mismos han tenido oportunidad de visitar. Se debe sumar a esto el estrés que conlleva un movimiento tan frenético como el que siguen ciudades tan multitudinarias como estas y, por tanto, el ansia de tranquilidad por parte de sus habitantes.
   No obstante, es incuestionable, que el sector turístico proporciona una gran suma de dinero y su buena organización desembocaría en un gran acierto. Además, nadie puede negar sinceramente haber viajado alguna vez, ya sea al continente o al pueblo de al lado, siendo esta una libertad que se debe respetar.
  Así pues, la solución puede que se encuentre en algo tan simple como la aceptación y el fomento de la empatía en aquellas ciudades que se hayan sentido "invadidas" alguna vez.

Alba Rodríguez Boutureira

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   En los últimos años el turismo de masas ha aumentado considerablemente. Nos encontramos turistas por todas partes y es habitual que nos pregunten cómo llegar a algún lugar. La mayoría de ellos viajan con el objetivo de conocer nuevas culturas y visitar diferentes lugares del mundo; otros, en cambio, vienen con el objetivo de emborracharse e ir de fiesta, lo que provoca las protestas de muchos vecinos por el exceso de ruido.
   El turismo beneficia a la economía, pero se deberían establecer unas normas para que no afectase a la vida cotidiana del resto de las personas.
   También se debería controlar la llegada masiva de turistas para que no colapsen las ciudades y así sus habitantes no se sentirán invadidos ni pensarán que les están robando su espacio.

Lorena Saya

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   Aquel que se disponga a renegar del turismo por miedo a perder la identidad nacional ha de saber que ya es tarde para hacerlo. Y aunque sólo quiera descongestionar la pésima infraestructura del país, de nuevo, ya es tarde.
   No sólo es tarde porque vivamos en un mundo conectado donde los países desarrollados tienen todos una cultura similar, diferenciándose solamente en el pasado histórico y en anecdóticas idiosincrasias; sino porque "está feo" cerrar las puertas en las narices de los turistas (pues los turistas son todavía personas) que desean conocer esas pocas diferencias de primera mano a santo de que logran saturar el sistema turístico.
   Que aquel que reniegue del turismo se convierta en lo que más odie (a ser posible en temporada estival) para así equilibrar el ecosistema turístico internacional.

Amador Torre

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   Es habitual escuchar críticas hacia los turistas. Se les suele acusar de invadir las ciudades y no respetarlas deteriorándolas, por lo que se exige su desalojo.
   El turismo es una de las grandes fuentes de ingresos en España y en una situación como la que se vive actualmente, se debería hacer todo lo posible por incrementar la economía. Con el turismo, no sólo se consiguen unos mayores beneficios, sino que debido a una mayor demanda de servicios, se crean nuevos puestos de trabajo, algo fundamental para combatir el desempleo.
   El deterioro del mobiliario urbano, intenta ocultar unos claros prejuicios hacia los turistas. Hay que tener en cuenta que hay un gran número de personas españolas que no respetan los espacios públicos, ya sea arrojando basura o cometiendo actos vandálicos.
   No hay duda de que los turistas son un blanco fácil al que atacar para intentar ocultar errores propios, pero en una ciudad sin turismo la situación no mejoraría. Habría mucho más espacio pero surgirían otros temas que criticar y otras personas a las que culpar.
   Hay que dejar atrás la xenofobia. El turismo no tiene ningún factor que afecte negativamente, sino todo lo contrario, por lo que habría que volcarse en esta actividad, clave para hacer resurgir el país.

Javier Villaverde Basteiro

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   En la actualidad, los residentes de algunas de las ciudades más visitadas del mundo han manifestado su descontento al no poder llevar una vida normal debido al turismo.
   Ha de tenerse en cuenta que hay muchos tipos de turismo. Hablando del ya famoso "turismo de borrachera" es lógica la postura de la sociedad, pero si nos referimos al turismo cultural la cosa cambia, puesto que no causa ningún daño o desperfecto.
   Además este tipo de turismo deja grandes sumas de dinero allá adonde va beneficiando a los comercios, hoteles, transportes... de las zonas visitadas. Estos visitantes no han robado el sitio a nadie y cada cual es libre de vivir donde quiera o pueda por lo que si una persona goza del poderío económico para vivir en la Gran Vía también podrá permitirse vivir en las afueras.
   Conviene aprender a ver el turismo desde un punto de vista más globalizado y sacar provecho de esta actividad. También se deberían promocionar lugares menos conocidos que los típicos pero que gozan igualmente de encanto.

Sara Couceiro Torres
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   En 2014, España se encontraba en el podium de los países más visitados del mundo, solo superado por Francia y Estados Unidos. Podemos ver que nuestro país está lleno de turistas (un claro ejemplo es Santiago de Compostela). Esto no supuso ningún problema hasta ahora, momento en el que parece que existe gente a la que no le interesa ver su ciudad repleta de turistas.
   Cierto es que hay diferentes tipos de turismo que dan mala imagen a España. Un claro ejemplo es el "turismo de borrachera" que podemos encontrar en Magaluz, Salou... que solo trae a adolescentes con intención de emborracharse y causar destrozos y malestar en el pueblo.
   Por otra parte, el turismo en España genera muchos ingresos que son necesarios y proporciona muchos puestos de trabajo a gente en paro. Además, el hecho de que haya turistas de todas partes del mundo ayuda a tener un cierto respeto y tolerancia entre gente de otras culturas.
   Puede ser que haya gente que lo que busque sea "limpiar" sus calles de turistas y que puedan disfrutar de los monumentos y plazas por los que ya han pasado mil veces, pero ahora sin escuchar los flashes de las cámaras y los comentarios de lo bonito que es ese lugar típico para los extranjeros que deciden pasar unos días por nuestro país. A cambio, esto traería la pérdida de más del 10% del PIB de España y más problemas económicos y sociales que, la verdad, no dejarían indiferente al pueblo español.

Carmen Valiño

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   El turismo es una de las principales fuentes de ingreso de un país que, por desgracia, no sabe explotar adecuadamente sus recursos naturales como debería.
   El capital tiene que entrar al estado por algún lugar y es en forma de turismo; a estos, les gusta disfrutar de los espacios que visitan, al igual que a los españoles les gusta visitar lugares emblemáticos de otras naciones.
   El caso de la ciudad de Barcelona no se puede equiparar al de, por ejemplo, la playa de As Catedrais, a la que hay que restringir el acceso por ser un fenómeno de la naturaleza que su admiración abusiva puede llegar a deteriorar sin posibilidad alguna de arreglo.
   Una ciudad es un bien público. Sus gentes, y turistas, pagan unos impuestos para que tenga un mantenimiento óptimo y adecuado, permitiendo así el disfrute total de todos los que por ella pasan.

Álex Santiso

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   La llegada de turistas hoy en día es algo beneficioso para cualquier ciudad. Una razón es que invierten en muchos negocios como bares, restaurantes, comercios... El aumento del turismo por lo tanto es un factor muy importante en la economía de un país.
   Llegan a una ciudad para conocerla, saber de ella; sus costumbres, su historia, comidas típicas, no para ensuciar las calles ni robar el espacio a sus habitantes. Si viajan es para disfrutarlo.
   Muchas veces se critica sin saber ni pensar detenidamente que lo más seguro es que los propios habitantes de un lugar son los que menos cuidado tienen para su bienestar, preocupándose primeramente por quien no debe.
   Aprender a aceptar, conocer y enseñar a nuevas personas aquello de lo que nosotros debemos de estar orgullosos, que es el lugar donde vivimos, es mucho más satisfactorio.

Ana Golpe Pedreira

viernes, 30 de octubre de 2015

LA ILUSTRACIÓN. EL DESPOTISMO ILUSTRADO 02




EL SIGLO XVIII. LA ILUSTRACIÓN. EL DESPOTISMO ILUSTRADO.

   Durante el siglo XVIII se difundió desde Inglaterra y Francia por toda Europa la Ilustración, un vasto movimiento cultural que produjo un vuelco en la cultura y la sociedad de la época.
   La Razón es el principio fundamental de la Ilustración. Los ilustrados cuestionan los antiguos principios en que se basaba el orden social hasta ese momento: jerarquía, autoridad y dogma, conceptos que sustentaban una sociedad dividida en rígidos estamentos, un principio de autoridad delegado de Dios ­­­­­­—de origen divino, por tanto— y unos dogmas que había que aceptar sin discusión.
   Frente a esto, los nuevos intelectuales defienden el espíritu crítico basado en la razón y en la experimentación. Por consiguiente, nada debe ser aceptado por principio de autoridad o tradición, sino que debe ser cuestionado y comprobado. Este nuevo modo de pensar (razón frente a fe) propició el desarrollo de la ciencia moderna.
   La Ilustración defiende la libertad y la dignidad de las personas como base de una sociedad moderna (Declaración de los derechos del hombre y del ciudadano).
   Se difunde el laicismo, la independencia del Estado y de la Iglesia y se propugna la tolerancia religiosa.
   La educación debe ser instrumento fundamental del progreso, pues para los ilustrados la ignorancia es la raíz de todos los males sociales e individuales (se crean las primeras escuelas públicas). Esta forma de pensar promueve el estilo didáctico que predominará en la literatura del siglo XVIII, una literatura más  preocupada por transmitir ideas o plantear problemas sociales que por la perfección formal o el entretenimiento.
   Las ideas ilustradas chocarán con la hostilidad de influyentes sectores de la sociedad española, que acusan a los reformistas de herejes y poco patriotas. Los principales detractores de las reformas impulsadas por los gobiernos ilustrados fueron la nobleza y, sobre todo, la Iglesia, dueña de inmensas posesiones. Para preservar sus privilegios, la Iglesia obstaculizará las reformas económicas y se opondrá a las reformas educativas y culturales (la mayor parte de las instituciones docentes —escuelas y universidades­­­­­— eran eclesiásticas). Los principales defensores de las ideas ilustradas pertenecían a la burguesía y constituían una minoría culta y progresista que se enfrentó con frecuencia al rechazo, tanto de las clases altas, que defendían sus privilegios, como de las clases bajas, que rechazaban las innovaciones desde la ignorancia y el atraso.
   En este ambiente de incomprensión, los monarcas de la dinastía Borbón favorecen la penetración en España de las ideas ilustradas, a través del sistema político conocido como “Despotismo Ilustrado”. Sus fundamentos se sintetizan en el famoso lema “Todo para el pueblo, pero sin el pueblo”. En esencia, se trataba de mejorar las condiciones de vida de la población a través de la modernización de la sociedad “desde arriba”, sin cambiar sus estructuras básicas y sin permitir que el pueblo interviniese en los asuntos públicos. Así, se promovieron industrias públicas, academias de las artes, de las ciencias y de las letras, museos, escuelas... A imitación de Francia, los ilustrados fundan en España instituciones como la Biblioteca Nacional, el Museo del Prado, la Real Academia de la Lengua..., además de instituciones como las Sociedades Económicas de Amigos del País o las Juntas de Comercio, organismos que promovieron el desarrollo científico y tecnológico e impulsaron el establecimiento de empresas e industrias modernas en España.
   Las ideas de la Ilustración llegaron a su punto más radical en Europa con el estallido de la Revolución Francesa (1789), que derrocó violentamente la monarquía. Este hecho provocará en el resto de Europa, también en España, reacciones defensivas contra aquellas ideas de libertad, progreso e igualdad, que supondrán un frenazo a las reformas económicas y culturales emprendidas por los ilustrados, en un intento por mantener el orden establecido.

jueves, 29 de octubre de 2015

UNA HISTORIA DE ESPAÑA (XXXV), Arturo Pérez Reverte


UNA HISTORIA DE ESPAÑA (XXXV)


   Con Felipe V, el primer Borbón, tampoco es que nos tocara una joya. Acabó medio majareta, abdicó en su hijo Luis I, que nos salió golfo y putero pero por suerte murió pronto, a los 18 años, y Felipe V volvió a reinar de modo más bien nominal, pues la que se hizo cargo del cotarro fue su esposa, la reina Isabel de Farnesio, que gobernó a su aire, apoyada en dos favoritos que fueron, sucesivamente, el cardenal Alberoni y el barón de Riperdá. Todo podía haberse ido otra vez con mucha facilidad al carajo, pero esta vez hubo suerte porque los tiempos habían cambiado. Europa se movía despacio hacia la razón y el futuro, y la puerta que la nueva dinastía había abierto con Francia dejó entrar cosas interesantes. Como decía mi libro de texto de segundo de Bachillerato (1950, nihil obstat del censor, canónigo don Vicente Tena), «el extranjerismo y las malsanas doctrinas se infiltraron en nuestra patria». Lo cierto es que no se infiltraron todo lo que debían, que ojalá hubiera sido más; pero algo hubo, y no fue poco. La resistencia de los sectores más cerriles de la Iglesia y la aristocracia española no podía poner diques eternos al curso de la Historia. Había nuevas ideas galopando por Europa, así como hombres ilustrados, perspicaces e inteligentes, más interesados en estudiar los Principia Matematica de Newton que en discutir si el Purgatorio era sólido, líquido o gaseoso: gente que pretendía utilizar las ciencias y el progreso para modernizar, al fin, este oscuro patio de Monipodio situado al sur de los Pirineos. Poco a poco, eso fue creando el ambiente adecuado para un cierto progreso, que a medida que avanzó el siglo se hizo patente. Durante los dos reinados de Felipe V, vinculado a Francia por los pactos de familia, España se vio envuelta en varios conflictos europeos de los que no sacó, como era de esperar, sino los pies fríos y la cabeza caliente; pero en el interior las cosas acabaron mejorando mucho, o empezaron a hacerlo, en aquella primera mitad del siglo XVIII donde por primera vez en España se separaron religión y justicia, y se diferenció entre pecado y delito. O al menos, se intentó. Fue llegando así al poder una interesante sucesión de funcionarios, ministros y hasta militares ilustrados, que leían libros, que estudiaban ciencias, que escuchaban más a los hombres sabios y a los filósofos que a los confesores, y se preocupaban más por la salvación del hombre en este mundo que en el otro. Y aquel país reducido a seis millones de habitantes, con una quinta parte de mendigos y otra de frailes, monjas, hidalgos, rentistas y holgazanes, la hacienda en bancarrota y el prestigio internacional por los suelos, empezó despacio a levantar la cabeza. La cosa se afianzó más a partir de 1746 con el nuevo rey, Fernando VI, hijo de Felipe, que dijo nones a las guerras y siguió con la costumbre de nombrar ministros competentes, gente capaz, ilustrada, con ganas de trabajar y visión de futuro, que pese a las contradicciones y vaivenes del poder y la política hizo de nuestro siglo XVIII, posiblemente, el más esperanzador de la dolorosa historia de España. En aquella primera media centuria se favorecieron las ciencias y las artes, se creó una marina moderna y competente, y bajo protección real y estatal -tome nota, mísero señor Rajoy- se fundaron las academias de la Lengua, de la Historia, de Medicina y la Biblioteca Nacional. Por ahí nos fueron llegando funcionarios eficaces y ministros brillantes como Patiño o el marqués de la Ensenada. Este último, por cierto, resultó un fuera de serie: fulano culto, competente, activo, prototipo del ministro ilustrado, que mantuvo contacto con los más destacados científicos y filósofos europeos, fomentó la agricultura nacional, abrió canales de riego, perfeccionó los transportes y comunicaciones, restauró la Real Armada y protegió cuanto tenía que ver con las artes y las ciencias: uno de esos grandes hombres, resumiendo, con los que España y los españoles tenemos una deuda inmensa y del que, por supuesto, para no faltar a la costumbre, ningún escolar español conoce hoy el nombre. Pero todos esos avances y modernidades, por supuesto, no se llevaron a cabo sin resistencia. Dos elementos, uno interior y otro exterior, se opusieron encarnizadamente a que la España del progreso y el futuro levantara la cabeza. Uno, exterior, fue Inglaterra: el peor y más vil enemigo que tuvimos durante todo el siglo XVIII. El otro, interior y no menos activo en vileza y maneras, fue el sector más extremo y reaccionario de la Iglesia católica, que veía la Ilustración como feudo de Satanás. Pero eso lo contaremos en el próximo capítulo.

ARTURO PÉREZ REVERTE, Una historia de España (XXXV), XLSemanal, 10 de noviembre de 2014.