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jueves, 15 de marzo de 2018

CRÓNICA DE UNA MUERTE ANUNCIADA. ESTUDIO DE LA NOVELA


GABIREL GARCÍA MÁRQUEZ, Crónica de una muerte anunciada, La oveja negra,

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EL TEMA DEL HONOR

   Más allá de la simple crónica de un asesinato, uno de los temas principales de la novela es el de la violencia vinculada a un anacrónico código del honor, que rige la moral colectiva del pueblo. Un concepto de honor caduco y machista que vincula la honra familiar en la moral sexual de las mujeres -virginidad en las mujeres solteras, fidelidad en las casadas-,  pero que, sin embargo, no condena el acoso del propio Nasar a Divina Flor o la prostitución -al contrario, en general, se tiene en buena consideración a María Alejandrina, que “acabó con la virginidad de una generación”-.
   La presión social hace que los hermanos Vicario se sientan obligados a restaurar el  honor familiar por medio del asesinato, pese a que se intuye que realmente no querían cometerlo: según Clotilde Armenta, los gemelos “deseaban que alguien impidiera el crimen” y Pablo Vicario, incluso, confiesa que no le fue fácil convencer a su hermano.
   Pero después del asesinato, los Vicario sienten que han obrado “con dignidad” y en la cárcel les reconforta el prestigio de haber cumplido con la “Ley del honor” y “haber probado su condición de hombres”. La mayoría de los vecinos del pueblo piensan igual: excepto Clotilde Armenta y su amigo Cristo Bedoya, nadie hace nada por impedirlo. La madre de la novia de Pablo Vicario, Prudencia Cotes afirma “que el honor no espera” y su misma novia dice que no se casaría con él “si no cumplía como hombre” (y, en efecto, se casará con él tres años después, cuando salga de la cárcel). También el cura Carmen  Amador justifica el crimen sugiriendo que los asesinos por honor tal vez son inocentes “ante Dios”.
   La voz crítica ante esta anacrónica moral colectiva aparece en el sumario, donde el juez instructor del caso escribe que no entiende cómo tal crimen ha sido posible e incluso rechaza que sea justificado: en la sentencia escribe en tinta roja: “dadme un prejuicio y moveré el mundo”.

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