Mi lista de blogs

viernes, 30 de octubre de 2015

LA ILUSTRACIÓN. EL DESPOTISMO ILUSTRADO 02




EL SIGLO XVIII. LA ILUSTRACIÓN. EL DESPOTISMO ILUSTRADO.

   Durante el siglo XVIII se difundió desde Inglaterra y Francia por toda Europa la Ilustración, un vasto movimiento cultural que produjo un vuelco en la cultura y la sociedad de la época.
   La Razón es el principio fundamental de la Ilustración. Los ilustrados cuestionan los antiguos principios en que se basaba el orden social hasta ese momento: jerarquía, autoridad y dogma, conceptos que sustentaban una sociedad dividida en rígidos estamentos, un principio de autoridad delegado de Dios ­­­­­­—de origen divino, por tanto— y unos dogmas que había que aceptar sin discusión.
   Frente a esto, los nuevos intelectuales defienden el espíritu crítico basado en la razón y en la experimentación. Por consiguiente, nada debe ser aceptado por principio de autoridad o tradición, sino que debe ser cuestionado y comprobado. Este nuevo modo de pensar (razón frente a fe) propició el desarrollo de la ciencia moderna.
   La Ilustración defiende la libertad y la dignidad de las personas como base de una sociedad moderna (Declaración de los derechos del hombre y del ciudadano).
   Se difunde el laicismo, la independencia del Estado y de la Iglesia y se propugna la tolerancia religiosa.
   La educación debe ser instrumento fundamental del progreso, pues para los ilustrados la ignorancia es la raíz de todos los males sociales e individuales (se crean las primeras escuelas públicas). Esta forma de pensar promueve el estilo didáctico que predominará en la literatura del siglo XVIII, una literatura más  preocupada por transmitir ideas o plantear problemas sociales que por la perfección formal o el entretenimiento.
   Las ideas ilustradas chocarán con la hostilidad de influyentes sectores de la sociedad española, que acusan a los reformistas de herejes y poco patriotas. Los principales detractores de las reformas impulsadas por los gobiernos ilustrados fueron la nobleza y, sobre todo, la Iglesia, dueña de inmensas posesiones. Para preservar sus privilegios, la Iglesia obstaculizará las reformas económicas y se opondrá a las reformas educativas y culturales (la mayor parte de las instituciones docentes —escuelas y universidades­­­­­— eran eclesiásticas). Los principales defensores de las ideas ilustradas pertenecían a la burguesía y constituían una minoría culta y progresista que se enfrentó con frecuencia al rechazo, tanto de las clases altas, que defendían sus privilegios, como de las clases bajas, que rechazaban las innovaciones desde la ignorancia y el atraso.
   En este ambiente de incomprensión, los monarcas de la dinastía Borbón favorecen la penetración en España de las ideas ilustradas, a través del sistema político conocido como “Despotismo Ilustrado”. Sus fundamentos se sintetizan en el famoso lema “Todo para el pueblo, pero sin el pueblo”. En esencia, se trataba de mejorar las condiciones de vida de la población a través de la modernización de la sociedad “desde arriba”, sin cambiar sus estructuras básicas y sin permitir que el pueblo interviniese en los asuntos públicos. Así, se promovieron industrias públicas, academias de las artes, de las ciencias y de las letras, museos, escuelas... A imitación de Francia, los ilustrados fundan en España instituciones como la Biblioteca Nacional, el Museo del Prado, la Real Academia de la Lengua..., además de instituciones como las Sociedades Económicas de Amigos del País o las Juntas de Comercio, organismos que promovieron el desarrollo científico y tecnológico e impulsaron el establecimiento de empresas e industrias modernas en España.
   Las ideas de la Ilustración llegaron a su punto más radical en Europa con el estallido de la Revolución Francesa (1789), que derrocó violentamente la monarquía. Este hecho provocará en el resto de Europa, también en España, reacciones defensivas contra aquellas ideas de libertad, progreso e igualdad, que supondrán un frenazo a las reformas económicas y culturales emprendidas por los ilustrados, en un intento por mantener el orden establecido.

No hay comentarios:

Publicar un comentario