La violencia de género es un grave problema cada vez es más frecuente. La canción El final del cuento de hadas cuenta una triste historia muy real. Tal vez, escuchar la canción del rapero Chojín y ver el vídeo de Felipe G. Gil nos ayude a evitar que estas barbaries se produzcan.
Nerea Nogueira [1ºA]
Desde siempre se ha pensado que el género femenino es inferior al masculino; actualmente, en nuestra sociedad, seguimos siendo machistas, algo menos que hace años pero, aun así, lo seguimos siendo.
Los hombres siempre han sido los “cabeza de familia” o los “jefes del hogar”; de ahí que una minoría piense que ejercer la violencia sobre sus familiares (especialmente sobre las mujeres), responde a una actitud normal.
Un elevado número de mujeres han muerto este año a manos de sus parejas, o ex parejas. Muchas no denuncian a su maltratador por miedo a ser perseguidas y acosadas.
Yo creo que la gente tiene que pensar un poco más lo que hace, y darse cuenta de lo que es bueno o malo. El gran problema es que nuestra sociedad adolescente no sabe qué responder ni cómo reaccionar ante este gravísimo problema, debido a que un elevado porcentaje de personas, creen que el hombre es
superior. Es fundamental la información y educación en estos temas y desde una temprana edad; si los jóvenes nos criamos en un ambiente de libertad y de igualdad, en el futuro no tendremos estos terribles comportamientos machistas y sexistas.
Los hombres siempre han sido los “cabeza de familia” o los “jefes del hogar”; de ahí que una minoría piense que ejercer la violencia sobre sus familiares (especialmente sobre las mujeres), responde a una actitud normal.
Un elevado número de mujeres han muerto este año a manos de sus parejas, o ex parejas. Muchas no denuncian a su maltratador por miedo a ser perseguidas y acosadas.
Yo creo que la gente tiene que pensar un poco más lo que hace, y darse cuenta de lo que es bueno o malo. El gran problema es que nuestra sociedad adolescente no sabe qué responder ni cómo reaccionar ante este gravísimo problema, debido a que un elevado porcentaje de personas, creen que el hombre es
superior. Es fundamental la información y educación en estos temas y desde una temprana edad; si los jóvenes nos criamos en un ambiente de libertad y de igualdad, en el futuro no tendremos estos terribles comportamientos machistas y sexistas.
María Peteiro Castro [1ºA]
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La mayoría de la gente que practica la violencia son hombres. Lo hacen por sus pensamientos machistas. Creen que la mujer solo sirve para quedarse en casa, que el dinero que llega a casa cada mes lo tienen que traer los hombres. Habría que hacer algo para detenerlo, pero aún así hay que saber cuando alguien te quiere o no.
Paulo Sánchez Estrada [1º C]
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El 25 de noviembre se conmemoró en España el día internacional contra la violencia de género.
Vivimos en un país en el que el hombre y la mujer son iguales, pues el hombre y la mujer tienen los mismos derechos y deberes: un
hombre puede hacer las labores del hogar, una mujer puede jugar al fútbol.
No vivimos en un país anticuado en el que las mujeres tienen que salir con su marido para hacer la compra o taparse la cabeza, ni nuestra conducta es animal: el macho no ha de pelearse por la hembra, ni ha de facilitarle la comida a su prole. Presumimos de ser personas.
No es normal que los nombres tengan que cuidar y proteger a la mujer. ¿Por qué no puede ser al revés? Somos afortunados por vivir en este país en el que todos tenemos los mismos derechos. No obstante, existe una proporción grande de la sociedad que mantiene la ideología sexista.
Los familiares de las víctimas afirman: no somos propiedad de nadie. Por ello, ante la mínima humillación han de saltar las alarmas: La mujer no debe aguantar. Aunque el maltratador pida perdón, no ha de caer en el error de perdonar.
El gesto que hizo el periódico EL PÁIS, resulta fascinante: recordar los nombres de todas la víctimas que este año han muerto por esta causa.
Vivimos en un país en el que el hombre y la mujer son iguales, pues el hombre y la mujer tienen los mismos derechos y deberes: un
hombre puede hacer las labores del hogar, una mujer puede jugar al fútbol.
No vivimos en un país anticuado en el que las mujeres tienen que salir con su marido para hacer la compra o taparse la cabeza, ni nuestra conducta es animal: el macho no ha de pelearse por la hembra, ni ha de facilitarle la comida a su prole. Presumimos de ser personas.
No es normal que los nombres tengan que cuidar y proteger a la mujer. ¿Por qué no puede ser al revés? Somos afortunados por vivir en este país en el que todos tenemos los mismos derechos. No obstante, existe una proporción grande de la sociedad que mantiene la ideología sexista.
Los familiares de las víctimas afirman: no somos propiedad de nadie. Por ello, ante la mínima humillación han de saltar las alarmas: La mujer no debe aguantar. Aunque el maltratador pida perdón, no ha de caer en el error de perdonar.
El gesto que hizo el periódico EL PÁIS, resulta fascinante: recordar los nombres de todas la víctimas que este año han muerto por esta causa.
Laura Amado Ogando [1 ºB]
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