«[...] por ser consecuencia de la hiperbrevedad, los rasgos formales del microrrelato son los siguientes:
- a) la ausencia de complejidad estructural,
- b) la mínima caracterización de los personajes,
- c) el esquematismo espacial,
- d) la condensación temporal,
- e) la utilización de un lenguaje esencialmente connotativo que confiere al texto la potencia expresiva y semiótica,
- f) la importancia del título —elemento clave que guarda una relación dialéctica con el texto, orienta la lectura y subraya los elementos significativos que conviene tener en cuenta—, y también del inicio y del cierre (abundan los finales sorpresivos y/o enigmáticos).
Todos estos rasgos formales enumerados aquí sucintamente [...] participan en la creación del efecto de condensación e intensidad generado por la selección de los materiales del texto y por los vacíos de información».
INÉS ANDRES-SUÁREZ, Antología del microrrelato español (1906-2011). El cuarto género narrativo, Cátedra, Madrid, 2012.
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