En los años de posguerra, la escena española estuvo dominada por un teatro «nacional», al servicio de la dictadura. Las líneas dramáticas que triunfaban en los escenarios—la comedia burguesa y el teatro de humor—tenían como rasgo común la evasión de la realidad de la época. Mientras, los dramaturgos exiliados continuaron su producción fuera de España.
No hay comentarios:
Publicar un comentario