Un día estaba yo triste, muy tristemente
viendo cómo caía el agua de una fuente.
Era la noche dulce y argentina. Lloraba
la noche. Suspiraba la noche. Sollozaba
la noche. Y el crepúsculo en su suave amatista,
diluía la lágrima de un misterioso artista.
Y ese artista era yo, misterioso y gimiente,
que mezclaba mi alma al chorro de la fuente.
Señala el tema del poema y comenta de qué mecanismos lingüísticos o figuras retóricas se sirve para convertir su discurso en arte. Detecta todos los elementos que puedan ser considerados modernistas.
Georges Seurat
No hay comentarios:
Publicar un comentario