EL NACIMIENTO DEL SÉPTIMO ARTE
A finales del siglo XIX diversos investigadores de distintos países (los Lumière, Edison, Eastman, los hermanos Skladanonwsky) consiguen grabar imágenes en movimiento.
No obstante, todavía no ha nacido el séptimo arte.
Las primeras exhibiciones sirven para mejorar espectáculos de magia: el cine, pues, es sólo, en los mejores casos un espectáculo teatral; en los peores, otro truco de feria para una sociedad a la que entretiene la contemplación de los espectáculos circenses y las atrocidades de la naturaleza de las que podemos ver una buena síntesis en Freaks, la película de Tod Browning.
Uno de los primeros hombres que fue capaz de convertir en arte el producto resultante de las filmaciones con esa nueva herramienta fue Georges Méliès: él abandonó el interés documentalista de sus predecesores y, apoyándose en la literatura, creó las primeras ficciones filmadas.
Martin Scorsese, uno de los más laureados directores del ya consolidado séptimo arte, obtuvo en el 2011 el Óscar al mejor director por La invención de Hugo Cabret, (una película basada en la novela de Brian Sielznick), que rememora la tragedia artística de Méliès.
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