¡SOMOS UN EQUIPO!
“Las cosas no son como empiezan, sino como acaban” eso es lo que nos dice siempre nuestro entrenador.
Aquel era el último partido de la temporada, el más importante, porque si lo ganábamos, seríamos las campeonas de la liga, así que había que darlo todo.
El único problema era que dos de nuestras compañeras, Elisa y Susana habían discutido, como siempre, por una tontería que a ellas les parecía el más grave de los problemas. Esto generó que las cosas no fueran bien en el vestuario antes de salir al campo. Había mal ambiente en el equipo y todas estábamos muy nerviosas.
Comenzó el partido. Desgraciadamente, empezamos perdiendo. No anotábamos canastas, salvo alguna jugada individual de Pilar y Laura, las bases del equipo.
Al final del segundo cuarto el resultado era favorable al equipo contrario. Perdíamos por diez puntos y el quipo se empezaba a venir abajo.
Aunque en el descanso nuestro entrenador nos dijo que el partido no estaba acabado y que aún había tiempo para la remontada, nuestras caras decían todo lo contrario.
Volvimos a la pista. El partido continuaba y teníamos que intentarlo. Susana y Elisa estaban juntas en la pista sin ni siquiera mirarse y las demás no sabíamos qué hacer. Aún así cuando faltaban solamente cinco minutos para terminar el partido, solo perdíamos de seis puntos.
Aunque nadie le había dicho nada, el entrenador notó que ocurría algo entre nosotras, y pidió su último tiempo muerto.
¿Qué es lo que os pasa? –dijo.- No sois el equipo de siempre, tenéis que dejar atrás vuestras diferencias y demostrar que sois un equipo. ¡Enseñad a toda la gente que os está animando que sois capaces de hacerlo mucho mejor! ¡VÁMOS, EQUIPO!
Las palabras de nuestro entrenador hicieron que saliéramos a la pista a por todas. Éramos un equipo e íbamos a demostrarlo.
En el último minuto perdíamos de un punto. Laura tiró un triple pero lo falló. Susana cogió el rebote y cuando faltaban solo unos segundos para el final del partido, le pasó el balón a Elisa, que estaba sola. Elisa tiró a canasta y el tiempo pareció pararse, hasta que vimos como la pelota entraba y sonaba la bocina del final del partido.
¡No podíamos creérnoslo! ¡Habíamos ganado! Todas nos fundimos en un abrazo, incluyendo Susana y Elisa, y saltando emocionadas gritamos ¡SOMOS UN EQUIPO!
Alba Otero Bello
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