Hace unas semanas conocí al amor de mi vida. Esta es nuestra historia:
Yo soy Taylor Swift, la famosa cantante estadounidense de música pop y country, y como soy famosa tengo fama, dinero y representante.
Él era Harry Styles, el famoso cantante británico del grupo pop One Direction, y también tiene fama, dinero y representante.
Nuestras discográficas y representantes llegaron al acuerdo de que Harry y yo saliéramos juntos durante un tiempo determinado y luego, debido a que el resto de la banda no estaría de acuerdo con nuestra relación, cortaríamos. Así yo me haría más conocida en Europa y Harry más conocido en América del Norte.
Algunas fans de Harry me amenazaron de muerte al salir de aviones, hoteles, restaurantes o cualquier otro lugar en el que yo me encontrara.
Nos llamaron “Haylor” como nombre de pareja famosa, pero mucha gente parecía en desacuerdo.
Aunque no es que aparentaba delante de las cámaras, mi relación con la banda de Harry era muy buena y solíamos pasar largas tardes charlando. Con Louis aprendí que hay que divertirse sin lastimar a nadie para conseguirlo; con Zayn, aprendí que las apariencias engañan; con Liam, casi no estuve porque no le gusta demasiado la gente; y con Niall, es con el que más hablé porque no se calla nunca. No es verdad que nos lleváramos mal y no sé por qué la gente inventa hechos.
Cuando conocí a Anne, la madre de Harry, y a Gemma, la hermana de Harry, enseguida descubrí que Harry era una buena persona por algo.
Harry no conectó con mi padre, es verdad, pero no se le puede caer bien a todo el mundo.
El caso es que Harry y yo llegamos a conectar realmente, pero fue demasiado tarde. Cuando él me compró el Tifanny’s ring, mi representante ya había firmado con el suyo las declaraciones de la prensa, lo que diríamos cuando al día siguiente todo el mundo supiese que habíamos roto para siempre por una discusión.
Mi discográfica vendió un titular excelente al New York Times que decía que Harry me había dejado por aburrimiento y la discográfica de Harry le vendió un titular magnífico a un periódico londinense que decía que Harry había cortado conmigo porque mi padre quería que nos casáramos o rompiéramos.
Ahora nos vemos a escondidas, en casas de amigos comunes o en hoteles en sitios de gira, pero ¿Cuánto se puede durar así? No mucho>>.
Por una vez en mi vida quisiera poder opinar yo sobre mi vida y mis amores. ¿Cuál será el próximo de mi larga lista falsa?¿Puedo decir que no? Esas preguntas quedarán para dentro de dos meses, cuando acabe de romper con otro actor, cantante, Kennedy o ¿Quién sabe? Quizá me toque salir con el mismísimo Rod Stewart o Mick Jagger.
El problema es que Harry consiguió conquistar mi corazón de verdad y ahora tengo que olvidarle y además hacer una canción en su contra.
¿Sentirá él por mí lo que yo siento por él? No lo sé, pero ansío saberlo algún día.
Yo soy Taylor Swift, la famosa cantante estadounidense de música pop y country, y como soy famosa tengo fama, dinero y representante.
Él era Harry Styles, el famoso cantante británico del grupo pop One Direction, y también tiene fama, dinero y representante.
Nuestras discográficas y representantes llegaron al acuerdo de que Harry y yo saliéramos juntos durante un tiempo determinado y luego, debido a que el resto de la banda no estaría de acuerdo con nuestra relación, cortaríamos. Así yo me haría más conocida en Europa y Harry más conocido en América del Norte.
Algunas fans de Harry me amenazaron de muerte al salir de aviones, hoteles, restaurantes o cualquier otro lugar en el que yo me encontrara.
Nos llamaron “Haylor” como nombre de pareja famosa, pero mucha gente parecía en desacuerdo.
Aunque no es que aparentaba delante de las cámaras, mi relación con la banda de Harry era muy buena y solíamos pasar largas tardes charlando. Con Louis aprendí que hay que divertirse sin lastimar a nadie para conseguirlo; con Zayn, aprendí que las apariencias engañan; con Liam, casi no estuve porque no le gusta demasiado la gente; y con Niall, es con el que más hablé porque no se calla nunca. No es verdad que nos lleváramos mal y no sé por qué la gente inventa hechos.
Cuando conocí a Anne, la madre de Harry, y a Gemma, la hermana de Harry, enseguida descubrí que Harry era una buena persona por algo.
Harry no conectó con mi padre, es verdad, pero no se le puede caer bien a todo el mundo.
El caso es que Harry y yo llegamos a conectar realmente, pero fue demasiado tarde. Cuando él me compró el Tifanny’s ring, mi representante ya había firmado con el suyo las declaraciones de la prensa, lo que diríamos cuando al día siguiente todo el mundo supiese que habíamos roto para siempre por una discusión.
Mi discográfica vendió un titular excelente al New York Times que decía que Harry me había dejado por aburrimiento y la discográfica de Harry le vendió un titular magnífico a un periódico londinense que decía que Harry había cortado conmigo porque mi padre quería que nos casáramos o rompiéramos.
Ahora nos vemos a escondidas, en casas de amigos comunes o en hoteles en sitios de gira, pero ¿Cuánto se puede durar así? No mucho>>.
Por una vez en mi vida quisiera poder opinar yo sobre mi vida y mis amores. ¿Cuál será el próximo de mi larga lista falsa?¿Puedo decir que no? Esas preguntas quedarán para dentro de dos meses, cuando acabe de romper con otro actor, cantante, Kennedy o ¿Quién sabe? Quizá me toque salir con el mismísimo Rod Stewart o Mick Jagger.
El problema es que Harry consiguió conquistar mi corazón de verdad y ahora tengo que olvidarle y además hacer una canción en su contra.
¿Sentirá él por mí lo que yo siento por él? No lo sé, pero ansío saberlo algún día.
Sara Martínez
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