Todas
las gramáticas contemplan dos clasificaciones complementarias de la
oración: según el dictum
y el modus.
El primer criterio es estrictamente sintáctico1;
el segundo, atendiendo a la semántica
cataloga las oraciones según la actitud comunicativa del hablante.
Teniendo
en cuenta la multiplicidad de intenciones comunicativas posibles, no
extrañará descubrir que dos insignes representantes de la gramática
tradicional, Rafael Seco2
y Samuel Gili Gaya3,
hayan elaborado dos inventarios dispares.
La
clasificación propuesta por González Calvo4,
al partir de los tres elementos básicos del proceso comunicativo
(referente, emisor y receptor), reorganiza el listado de un modo
memorable. Según la actitud del hablante ante el contenido de la
enunciación distingue:
- Oraciones enunciativas o referenciales: afirmativas o negativas.
- Oraciones expresivas: desiderativas, dubitativas y exclamativas; y
- Oraciones apelativas: interrogativas y exhortativas.
A)
Oraciones simples enunciativas: afirmativas y
negativas.
“Semánticamente,
predomina en ellas la comunicación del hecho (el referente) sobre la
actitud del hablante ante el hecho. El hablante “comunica”
(afirmación, primera persona, tiempo presente) al oyente
(segunda persona), o a sí mismo (el hablante es entonces al
mismo tiempo oyente: el lenguaje es comunicación y autoexpresión),
un hecho, afirmándolo o negándolo. Esta actitud del hablante
ante el hecho no aparece expresa sintácticamente en la oración
simple. […]
Morfosintácticamente,
si el predicado lleva como núcleo una forma verbal conjugada (verbo
predicativo o copulativo), las enunciativas van siempre en
indicativo. La estructura sintáctica de la enunciativa expresa el
objeto de la comunicación, aunque este objeto sea otra comunicación:
Expuse (expresé, comuniqué, etc.) tus intenciones.
Suelen
decir las gramáticas que las enunciativas afirmativas, frente a las
negativas, no tienen forma especial. […]
Las
enunciativas negativas tienen forma especial, pero, además,
pueden acoger también elementos lingüísticos que refuerzan la
negación con aquella variedad de matices actitudinales: ¡Pero
si no ha aprobado!, ¡Claro que no ha aprobado!, Pues no lo sé, ¡Y
que no contesta!, etc.”5
B)
Oraciones expresivas: desiderativas, dubitativas
y exclamativas.
“Predomina
en ellas la actitud del hablante ante el hecho que comunica. No es
necesaria la actuación sobre el oyente que incluso puede no estar
presente en el acto de comunicación, con lo que el hablante se
expresa ante sí mismo (con más propiedad que en las enunciativas).
En las expresivas, la negación actúa de manera distinta a como
lo hace en las referenciales.
1.
Desiderativas
La
actitud del hablante es “desear algo” (“yo deseo”:
afirmación, primera persona, tiempo presente como elementos
pragmáticos). Semánticamente, el hecho (objeto del deseo) en sí no
es verdadero ni falso: Ojalá apruebe no equivale a Aprobaré,
y Ojalá no suspenda no equivale a No suspenderé. La
afirmación y la negación no recaen sobre el hecho en sí, sino
sobre la actitud del hablante ante el hecho (“deseo que sí / no”).
El hablante “desea” (nunca “no desea” en la oración simple)
que el hecho sea o hubiera sido positivo o negativo para él:
Ojalá
apruebe / Ojalá no suspenda.
Ojalá hubiera aprobado
(“no aprobé”) / Ojalá no hubiera suspendido
(“suspendí”).
[…]
La estructura sintáctica explícita de las desiderativas expresa el
objeto del deseo, y si hay verbo, va siempre en modo subjuntivo:
¡Dios lo quiera! Las desiderativas pueden incluir en su
estructura sintáctica determinados elementos lingüísticos,
como ojalá, así, que:
Ojalá
me toque la lotería.
¡Así
revientes, desgraciado!
Que
te sea leve.
En
Deseamos
tu felicidad, No deseamos tu desgracia, etc.,
el verbo manifiesta el objeto, no de un deseo, sino de una
comunicación (son oraciones enunciativas). Se comunica un hecho
desiderativo; es decir, se comunica un deseo, no se desea un deseo.
Esto se ve más fácilmente cuando la primera persona no está
implicada en el sujeto (implícito o explícito) de la oración:
Deseaban
tu felicidad. ”6
2.
Dubitativas
“La
actitud del hablante es “duda + posibilidad sí/no” sobre el
hecho. Es decir, el hablante duda […] sobre el hecho en cuestión y
emite al mismo tiempo la posibilidad de que el hecho sea o haya sido
positivo o negativo:
Quizás
(no) vengan.
Tal
vez (no) hayan venido.
La
afirmación y la negación recaen sobre la actitud del hablante
ante el hecho, no sobre el hecho en sí: Quizá me quiere no
equivale a Me quiere, y Acaso no hayan llegado ano no
equivale a No han llegado aún.
Morfosintácticamente,
no llevan verbo de duda explícito. El verbo que aparece expresa el
objeto de la “duda posibilidad”. Las dubitativas pueden
incluir algún elemento de duda:
Tal
vez, quizá(s), acaso, posiblemente, probablemente, seguramente, a lo
mejor, lo mismo, igual (Lo
mismo igual no nos castigan).”7
3.
Exclamativas
En
contra de lo postulado por el Esbozo
de la
Real Academia8
“las exclamativas son un subtipo de oraciones expresivas, pues
predomina la actitud del hablante ante el hecho, y no es
necesaria la presencia del oyente. Semánticamente, el hablante
“pondera” en grado extremo, positiva o negativamente, un hecho.
Como el hecho existe al margen de la ponderación (subjetiva) del
hablante, el verbo va en indicativo en […] o en “infinitivo
o subjuntivo”.9
¡Qué
bonito es el cuadro! ¡Vaya tontería que acaba de decir!
¡Qué
tenga que aguantar a este pelma todo el año!
Los
elementos exclamativos más frecuentes son: qué, cuánto,
cómo, vaya, menudo, valiente, etc.
C)
Oraciones simples apelativas: interrogativas y
exhortativas
“Son
dos los factores que caracterizan esta clase de oraciones simples:
- La actitud del hablante ante el hecho que comunica (“ordenar”, “rogar”, “recriminar”, “prohibir”, “pedir información”, etc.).
- Actuación necesaria sobre el oyente (para conseguir de él informes, actos u omisiones), por lo que su presencia es ineludible. […]
Podemos
distinguir dos subtipos dentro de las apelativas.
1.
Interrogativas
Las
interrogativas pueden ser definidas por tres rasgos muy claros:
- Una entonación inconfundible.
- La flexibilidad posicional de los elementos de la oración condicionada por el tema:
¿Mi
niño golpeó la pelota? ¿Golpeó La pelota mi niño?
- La marca de los pronombres y adverbios interrogativos.
2.
Exhortativas
“Semánticamente,
con ellas se actúa sobre el oyente, no para recibir información,
sino para conseguir de él actos u omisiones o para recriminarle. La
actitud del hablante comprende “órdenes”, “prohibiciones”,
“ruegos”, “peticiones”, “súplicas”, “avisos”
“consejos”, “recomendaciones”, “recriminaciones”,
“reproches” “reprimendas”. La “recriminación” al oyente
por hechos pasados puede tener en nuestra lengua una configuración
morfosintáctica peculiar: ¡Haberlo
hecho antes!, ¡Haber llegado a tiempo! (en
algunas zonas, ¡Lo
hubierais hecho antes!). En
el resto de oraciones simples exhortativas, el verbo puede
aparecer en imperativo o en subjuntivo (las exhortativas
negativas), y eso las caracteriza. […] A todo ello se añade el
verbo en segunda persona, singular o plural, y que el llamado
vocativo, tanto implícito como explícito, remite a la segunda
persona. Las peculiaridades sintácticas se advierten también si el
verbo va en infinitivo: ¡A
callar!, ¡Callaros!”10
**********
1
Según el dictum,
la gramática tradicional establece, como se desprende de la
caracterización expuesta en la definición de las funciones
sintácticas oracionales (funciones primarias para André Martinet),
dos grupos de estructuras: oraciones atributivas
y
oraciones predicativas.
A su vez, éstas se subdividen en intransitivas,
transitivas,
pasivas,
reflexivas,
recíprocas
e
impersonales.
2
Seco presenta un inventario en
el que contempla, “desde el punto de vista subjetivo”, dos
subgrupos: respecto del predicado (indicativas,
de posibilidad,
dubitativas,
exhortativas
y optativas);
y respecto del juicio (afirmativas,
negativas,
interrogativas
y exclamativas).
SECO, Rafael, Manual
de gramática española,
Editorial Aguilar, Madrid, 1954, página 193.
3
“Según la calidad
psicológica del juicio” Gili Gaya distingue exclamativas,
de posibilidad,
dubitativas,
interrogativas,
afirmativas,
negativas,
optativas,
y exhortativas.
GILI GAYA, Samuel, Curso
de sintaxis española,
Vox, Barcelona, 1987 (1961)
, pág. 40.
4
GONZÁLEZ CALVO, José Manuel,
La oración simple,
Cuadernos de lengua española, Arco, Madrid, 1993.
5
GONZÁLEZ CALVO, José Manuel,
La oración simple,
Cuadernos de lengua española, Arco, Madrid, 1993, páginas 49-50.
6 GONZÁLEZ
CALVO, José Manuel, La
oración simple,
Cuadernos de lengua española, Arco, Madrid, 1993, páginas 51-53.
7
GONZÁLEZ
CALVO, José Manuel, La
oración simple,
Cuadernos de lengua española, Arco, Madrid, 1993, página 53.
8
En el Esbozo
no se singulariza este tipo de oración pues, al margen de la
entonación (y la intensidad y la cantidad de las sílabas
acentuadas o de las palabras que se sienten como más expresivas),
las oraciones exclamativas no presentarían ninguna
peculiaridad estructural distintiva.
9
GONZÁLEZ CALVO, José Manuel,
La oración simple,
Cuadernos de lengua española, Arco, Madrid, 1993, página 59.
10
GONZÁLEZ CALVO, José Manuel,
La oración simple,
Cuadernos de lengua española, Arco, Madrid, 1993, páginas 61-62.
Nótese
que el ejemplo propuesto deliberadamente es incorrecto: callaos.
Muchas gracias por colgar este contenido. Es muy interesante, práctico y útil.
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