Tras una primera fase, en la que las palabras sirven a una finalidad trascendente, surge en los creadores el convencimiento de que el lenguaje en sí mismo puede captar el interés del receptor por la belleza autónoma de la palabra.
LITERATURAS APOLÍNEAS
La belleza formal, la imitación de los modelos que propone la naturaleza y la fidelidad a unas normas establecidas por una autoridad, serán características de esta práctica que hallamos en las literaturas de Grecia o Roma, el Renacimiento (siglo XVI), el Neoclasicismo (siglo XVIII) y en el Realismo y Naturalismo de finales del siglo XIX. En todas ellas, la razón doblega a la pasión.
LITERATURAS DIONISÍACAS
En la literatura de la Edad Media, el Barroco (siglo XVII), el Romanticismo (siglo XIX) o las Vanguardias históricas, la intuición del yo se impone a la norma establecida por la colectividad. El vitalismo del individuo, el genio creador, vive desatado por la pasión. Por ello, las normas solo parecen existir para ser transgredidas.
Ilustración: Ernesto Marenco
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