EL PLACER DE QUE TE LEAN...

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   Cuando leí el artículo de ANA T. JACK, El placer de que te lean un cuento, La Voz de Galicia me vinieron a la cabeza momentos únicos de mi infancia, cuando mi padre me contaba cada noche lo que llamábamos Cuentos de cabeza que empezaban siempre así: “Érase unha vez hai moitos, moitos anos..." A mí me encantaban, ya que no los podía leer en ningún libro; y también me gustaba mucho la colección “Los Bolechas” con la que aprendí a leer. Estos eran momentos muy especiales con los que todas las noches me metía en cama muy feliz y pensando que iba a soñar con lo que leía.

Rosalía Doporto Regueiro [1ºB]

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   Mi cuento favorito siempre fue El lobo y los siete cabritillos. Me lo contaron tantas veces que acabé aprendiéndolo de memoria. También me gustaban los cuentos de princesas, pero los que contaba mi padre, todos eran diferentes. Como se los inventaba, cuando pedía que los repitiese no se acordaba, por eso nunca eran iguales. Otros que también me gustaban mucho eran unos libros que se titulaban El zoo de las letras. Mi abuela me mandaba uno por correo cada semana, hasta acabar la colección. Mi madre me los leía y yo miraba los dibujos. Todavía conservo esos libros; están en verso y tiene unos dibujos muy bonitos.
   Leer es importante para estimular el cerebro; mientras pasas un buen rato, sin darte cuenta, aprendes cosas nuevas. Los libros estimulan tu imaginación, y algunos están hechos para que los niños dejen de tener miedo a muchas cosas. Es por eso que a mí siempre me gustó leer y me sigue gustando e intento leer todos los días algo. Como antes hicieron mis padres conmigo,  a mí me gustaría hacerlo con mis hijos; y también desearía que los demás  padres, les lean libros a sus hijos y no les rodeen siempre de tantos aparatos electrónicos.

Gala Illanes Illobre [1ºA]

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Cuando mis padres me leían un cuento antes de ir a dormir, me sentía feliz y contento, ya que sabía que ellos tenían un rato para estar conmigo a solas enseñándome de un forma divertida.

Roque Gómez Teijo [1ºA]

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   Una de mis experiencias más agradables era cuando mi madre me leía cuentos antes de acostarme. Probablemente era uno de los momentos que esperaba durante el día con muchas ganas. Me ayudaba a conciliar el sueño mejor y a aprender, poco a poco, vocabulario nuevo; pero sin duda alguna, me ayudaba a estimular mi imaginación. Comprendo perfectamente el placer de que te lean un cuento.

Irene García PIzarro [1ºA]

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   Cuando tenía 5 años, más o  menos, mi madre me leía cuentos cada noche. A mí me gustaba mucho porque aprendía muchas historias y me resultaba muy divertido y agradable para dormir. Después, cuando mi hermana cumplió los cinco y yo tenía siete, ya no me leían a mí los cuentos sino a mi hermana; pero yo seguía escuchando la voz de mi madre. Con el paso del tiempo empecé a leer yo sola, y ahora cada noche leo.

Isabel López Blanco [1ºC]

Ilustración: ALBERT ANKER