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miércoles, 14 de diciembre de 2011

EL PLACER DE QUE TE LEAN... [02]

 Mi libro preferido en mi infancia fue El pequeño corderito. Historias para la hora de acostarse. Me encantaba, y siempre que podía lo leía, además este cuento tenía algo en especial: en la portada tenía un peluche; un corderito, que se ponía en una tela sobresaliente de la portada. Casi siempre dormía con él. Mientras lo leía aprendía el sonido que hacía cada animal. Lo leí tantas veces que terminé aprendiéndomelo de memoria. Aunque lo leía yo misma, a veces mi madre venía a mi habitación y me lo leía hasta que yo me quedaba dormida.
Noelia Fraga Pérez [1ºB]
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   Hoy en día es importante que a un niño le lean cuentos. ¿Por qué? Pues aprende a leer, a mejorar su entonación, la pronunciación… Pero no solo esto, aumenta su vocabulario además de pasar un buen rato en compañía de su familia. En fin, es beneficioso para todos, también para los padres, ellos también disfrutan del momento y les resulta divertido ver cómo sus hijos van superando las dificultades.
   Cuando de pequeña me leían un cuento no pensaba que cada uno de ellos representaba un valor diferente. Ahora unos cuantos años después me doy cuenta de que todos tienen una moraleja y algo de lo que aprender.
   Mi cuento favorito era Los tres cerditos. Quizás de pequeña me parecía un cuento como los demás, que no tenía nada en especial, pero ahora me doy cuenta de que sí hay algo más, es una simple historia en la que tres cerditos y un lobo se enfrentan. Por un lado, el lobo se creía el poderoso, el fuerte y que podía vencer a los indefensos cerditos. Por otro lado, los cerditos, unos más trabajadores que otros, pero defendiendo lo suyo, demuestran que con esfuerzo y tenacidad se puede conseguir lo que uno se proponga. Con todo esto llego a la conclusión de que la lectura es un modo de aprendizaje que practicar padres e hijos y estos desde una temprana edad.
María Peteiro Castro [1ºA]
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  Si digo la verdad, no recuerdo un único momento especial en el que me leyeran un libro, sino que recuerdo muchos. De hecho, mis padres me han contado cuentos incluso antes de saber hablar; se me vienen a la cabeza muchos títulos: Los tres cerditos, El burrito platero, El gato con botasEl gallo que se rompió el pico, y muchísimas más historias. Normalmente me leían estos relatos cuando me iba a cama. Yo preguntaba el significado de las palabras que no conocía: eso me ayudó a saber muchas hoy en día. También me gustaba siempre ver los dibujos, supongo que para poder comprender mejor lo que escuchaba. Cuando sólo me contaban un fragmento de la historia, yo me imaginaba el final: así pude ejercitar mi memoria e imaginación.
Pablo Martínez Sánchez [1ºA]

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   Cuando mi hermano era pequeño no quería dormir solo y muchas noches yo dormía con él. Él no era de esos niños a los que les gusta que le leyeran un cuento para dormirse,  sino que le gustaba contarlos él y se los inventaba. Cada vez que dormía con él me contaba uno, y siempre eran distintos. Cuando acababa, se ponía a dormir y dormía plácidamente.
Sara Vicos Neira [1ºC]

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