Unos niños se fueron a jugar a un estanque y empezaron a lanzar piedras al agua. Cada vez que el tiro les salía bien, se reían a carcajadas al ver que los guijarros levantaban penachos de espuma por el aire. En cambio, las ranas que vivían en el estanque no se lo estaban pasando nada bien. La lluvia de piedras las tenía aterrorizadas, y se escondían tras los nenúfares para protegerse de los impactos. Al fin, una rana se atrevió a sacar la cabeza fuera del agua y les suplicó a los niños:
-¡Parad ya de una vez! ¡Lanzar piedras es para vosotros un juego, pero para nosotras es un asunto de vida o muerte!
-¡Parad ya de una vez! ¡Lanzar piedras es para vosotros un juego, pero para nosotras es un asunto de vida o muerte!
¿Cuál es la moraleja?
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