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viernes, 29 de noviembre de 2013

SALA DE DESPIECE FEMENINA, Begoña Gómez Urzaiz


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   Reproducimos a continuación un artículo que, subtitulado La misoginia ataca de nuevo nuestro cuerpo, alimenta la conversión del cuerpo de la mujer en objeto de despiece cárnico. ¿Así desaparecerá la misoginia? El artículo lo firma una mujer y lo publica una revista del grupo Prisa. ¿Dos motivos de perplejidad?
  Tal vez haya espacio para un tercero: en la edición impresa, entre las mujeres desnudas, aparece la imagen con la que en las carnicerías señalan las partes más preciadas del cerdo. Esa imagen ha desaparecido de la edición digital a la que se llega desde este enlace. ¿Retractación o ataque de elegancia?
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   Hubo un tiempo, no muy lejano, en el que las mujeres quizá se preocupaban por tener las nalgas caídas o las caderas demasiado anchas. Ya no es tan fácil. Ahora hay todo un nuevo catálogo de obsesiones. Como si se tratara de una sala de despiece, la anatomía femenina se descuartiza dando lugar a partes de nuevo cuño, pensadas sobre todo para generar complejos y ansiedades. Estos términos suelen nacer en medios como el siempre sospechoso Daily Mail –la barra derecha de su web, con fotos de celebrities, ya se conoce como la “barra de la vergüenza” porque es imposible salir bien parada: demasiado gordas, demasiado viejas, demasiado flacas…– y se multiplican después en Internet. Al calor de Instagram, Pinterest y Tumblr, se alimentan nuevas obsesiones malsanas como la del "thigh gap", el hueco que tienen algunas mujeres, extremadamente delgadas (pero ni siquiera todas ellas) entre las caderas. Doctores como Antonio Tapia, del Instituto Tapia, (y cualquiera con un poco d sentido común) advierten: no conviene intentarlo en casa. "Esa es una característica que depende de la morfología de cada cuerpo y es bastante peligroso querer conseguirlo a través de la dieta". Y lo mismo con otras de estas nuevas variantes anatómicas. 
  1. Alitas de bingo. Carne que cuelga de los antebrazos, común entre las aficionadas a la línea y el cartón. El periódico Daily Mail identificó hasta seis tipos. 
  2. Hoyuelos. Pero en la espalda. Existe incluso un tumblr dedicado a los llamados back dimples, un curioso fetichismo. 
  3. ‘Side butt’ o culo lateral. Saltó a la fama con el Antonio Berardi que lució Gwyneth Paltrow en el estreno de Iron Man. 
  4. Escote trasero. Típicamente masculino, algunas como Heidi Klum han hecho bandera de su hucha en las alfombras rojas. 
  5. Bajoculo. Los microshorts cortados a la altura de la ingle han expuesto este trozo de nalga. Defensoras: Miley Cyrus y Kate Moss. 
  6. ‘Thigh gap’. Espacio que queda entre los muslos de algunas mujeres. El hueco de Cara Delevingne tiene Twitter: @CarasThighGap. 
  7. Pecho lateral. Fue la estrella de 2012, cuando tops y vestidos con la sisa muy amplia dejaban ver el pecho por los costados. 
  8. Bajopecho. Miley ha resucitado este fenómeno de los 80: el trozo de pecho que se ve por debajo si se lleva un top muy corto. 
  9. Asitas del amor. O michelín lateral, que tiene casi cualquiera que no desfile para Victoria’s Secret. 
  10. Magdalena. Michelín que se evidencia al llevar camiseta corta y pantalón de cintura baja. 
  11. Dedo de camello. Dícese del efecto que se crea cuando se llevan pantalones demasiado ajustados y se marca la forma de la vagina.
BEGOÑA GÓMEZ URZAIZ, Sala de despiece femenina, S MODA El País, 23 de noviembre del 2013, p. 10.


LAS CENAS CON CENICIENTA, Ignacio García Infante


   Cenicienta invitó a cenar al Sapo Verde en su casa. 
   Antes de que llegara, puso a hervir agua en una gran cazuela. Cuando el Sapo se presentó ante su puerta, lo invitó a pasar. Picotearon pan para abrir el apetito. Al cabo de media hora, él le dijo a Cenicienta:
   —Cenicienta, no te he visto comer ni una miguita de pan. ¿Qué te pasa? ¿Por qué tienes encima de la mesa un libro de cocina de animales acuáticos?
   Cenicienta sonrió y dijo:
   —¡Ahora ya tengo hambre, sapo!
   El Sapo Verde gritó despavorido pidiendo auxilio, pues estaba atrapado.
   Cenicienta lo capturó, lo metió en la olla y media hora después se lo comió. Esa era su rutina de todas las noches en las que invitaba a sus pretendientes a cenar en su casa.
   
   Siempre que Cenicienta se encontraba con sus amigos repetía lo mismo:
   —Prefiero los sapos verdes a los príncipes azules. Son, no sé, más fáciles de conquistar...

Ignacio García Infante


jueves, 28 de noviembre de 2013

GOL, Danny Canno


DANNY CANNO, Gool, 2005, 118 minutos


Un chico mejicano vive ilegalmente en Estados Unidos, con su padre, su abuela y su hermano. Un día durante un partido con el club de su barrio, le vio un cazatalentos llamado Glen, este asombrado con su manera de jugar, le ofreció llevarle a Inglaterra a hacer la pruebas para jugar en el New Castle.Tras varias pruebas le cogen, y se convierte en la nueva estrella de su nuevo equipo.
                                  
 Sofía Alcudia Palcio [2ºA]

ORTOGRAFÍA


martes, 26 de noviembre de 2013

LA COSA PERDIDA, Shaun Tan


SHAUN TAN, La cosa perdida, Bárbara Fiore, 2005, 32 páginas.

    Me parece que este libro es una metáfora de la realidad. Porque a veces hay cosas de las que nos olvidamos y esta cosa era una de ellas ,aunque también hay gente que las olvida a propósito y entonces estaríamos hablando de malas personas que hacen todo lo que pueden para que esa “cosa” se vaya de sus vidas.
                                                                                            Nicolás Espiñeira García [1ºESO]

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   De esta historia cada uno puede sacar sus conclusiones, a cada persona se le pasará por la cabeza algo distinto.
   A mí, me llevó a pensar en la gente diferente. ¿Por qué? Porque si te fijas detenidamente, observas como en muchas de las imágenes de la historia, aparecen casas iguales, gente que viste igual, que piensa igual, con una vida monótona, aburrida. Pero hay algo diferente, que por eso mismo es abandonado, está perdido, está sólo, nadie en ninguna parte se da cuenta de su existencia (en la playa, con los padres del protagonista) y cuando se enteran , lo desprecian. Nadie lo trata como a alguien más por ser diferente. Esta es “la cosa”. Por contra, al final de la historia encuentra un lugar de personajes como ella, que se aceptan tal y como son, divertidos, diferentes, disparatados. Y nos enseña que por muy diferente y extraño que seas, siempre encontrarás un lugar dónde encajar.
Seguramente, algún día, esa “cosa” fue de utilidad, pero, en cuanto se hace vieja y ya no nos sirve, la abandonamos y le damos completamente la espalda.

                                                                             Paula Sánchez Regueiro [1º ESO]

jueves, 21 de noviembre de 2013

EL CANON DEL PECHO, Sofía Alcudia


   Que las personas sean esclavas de la moda es culpa de esta sociedad que sólo valora el exterior. La industria se encarga de decir qué se lleva y qué no se lleva. La gente que sigue estas imposiciones, lo hace porque es consciente de que de otro modo será mal considerada por salirse del grupo.   
   Una persona no debe estar a la moda; debe procurar ser única.

Sofía Alcudia

martes, 19 de noviembre de 2013

EL CANON DEL PECHO, Carmela Fachal



EL CANON DEL PECHO

   Hoy en día, la gente está muy influenciada por la moda y los cánones de belleza. Por ese motivo, las mujeres, sobre todo, se someten a operaciones de pecho, liposucciones... solo para estar ideales. También influyen en ello, sobre todo, los hombres. Son unos de los "culpables" de que las mujeres hagan todo esto. La mujer ideal tiene que aumentar el pecho para ajustarse al modelo masculino, arreglarse la cara porque ha envejecido mínimamente, ponerse más o menos nalgas... y todo eso... ¿para qué? Solo para satisfacer al varón y que éste pueda presumir de una mujer florero, convenientemente operada.
   Una mujer sin operarse ni someterse a intervenciones de cirugía estética puede estar mejor conservada y ser más guapa y tener mejor tipo que muchas otras que se someten a esas prácticas.
   Eso lo hacen las mujeres, pero no se ve que muchos hombres se hagan liposucciones, ni, por ejemplo, aumenten sus nalgas. Es una demostración de una actitud totalmente machista, que aparentemente no acaba de desaparecer.
   Hace unos años, los pechos de las mujeres eran naturales. Cada una tenía los que le había dado su naturaleza, fuesen pequeños o grandes. Los hombres se enamoraban igualmente de las mujeres.
   Sólo la gran inocencia de la gente explica la sumisión al canon machista de belleza.


Carmela Fachal París [2ºA]

Fotografía: Jane Rusell

lunes, 18 de noviembre de 2013

PALABRAS DE CARAMELO, Gonzalo Moure


GONZALO MOURE, Palabras de Caramelo, Anaya, 2002, 76 páginas.

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Me gustó el libro porque nos cuenta la historia de un niño sordo que vive en un campo de refugiados saharauis. Lo más importante es que este niño tiene unos sentimientos muy especiales. Se lo recomiendo a las personas a las que les apasione la aventura y también las historias sentimentales.
                                                                                              Andrea López
                                               
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Palabras de Caramelo es un bonito libro sobre la amistad de un niño sordomudo y un camello. Nos enseña una valiosa lección sobre cómo alcanzar tus metas y que no todo sale como te lo propones en un principio. Lo recomiendo a todas las personas que amen a los animales, pero también la amistad y el drama. Este libro nos acerca a la realidad más que otros pues no siempre tiene que haber un final feliz. Es un libro corto y sencillo, lo que facilita su lectura.

                                                                                                            Ruth Gallego 1º ESO
 






viernes, 15 de noviembre de 2013

EL CANON DEL PECHO, Karelia Vázquez


   Los pechos son hoy más grandes que nunca antes en la historia. Pero eso no tiene por qué ser bueno”, explica Florence Williams (autora del libro Breasts: a natural and unnatural history. 2012, W. W. Norton & Company). Asegura que, al menos en Estados Unidos, son como “dos esponjas” que absorben cuanto hay en el ambiente. “Las hormonas que se inyectan a los alimentos, la píldora anticonceptiva y el estrógeno son responsables de que las copas de los sujetadores que antes se fabricaban en un rango de la A a la D ahora se hayan ampliado de la H a la KK, para pechos extragrandes”. En Europa, donde la naturaleza fue más discreta con los atributos –compárese la copa 105D de Jayne Mansfield con la más pequeña 95B de su contraparte francesa, Brigitte Bardot–, el aumento de pecho es, junto a la liposucción, la operación estética más popular.
   Según los datos del Instituto Dexeus, el contorno y la copa más demandados son la talla 90B y 95C. De acuerdo al testimonio de algunos cirujanos, que prefieren no identificarse, algunas clientas compran al peso: “Las quiero [las prótesis] de más de 330 gramos”, demandan en consulta.
   “No había nada falso en los pechos que se deseaban en los años cincuenta. Eran naturales, animados, sanos y divertidos”, apunta la periodista Vanessa Butler en lo que pretende ser una historia definitiva de los pechos siguiendo la línea editorial de la revista Playboy. “Se han ido transformando a lo largo de los años en nuestras páginas. No somos Darwin, pero podríamos elaborar una teoría de la evolución del escote”, asegura.
   El primer número de Playboy se publicó en 1953 con un desnudo de Marilyn Monroe. Había terminado la II Guerra Mundial y triunfaba el escote cónico, como el que exhibe Christina Hendricks, la pelirroja de Mad Men. Su forma se conseguía gracias a los sujetadores torpedo. Según explica el escritor Francesc Puertas, autor de El sostén, mitos y leyendas… y manual de uso (Arcopress, 2012), “fue un encargo de Howard Huges a un ingeniero aeronáutico para proyectar el pecho de Jane Russell en El forajido (1943). La moda se consolidó con Los caballeros las prefieren rubias (1953) y fue imbatible durante casi 30 años en los que se vendieron 90 millones de torpedos en 100 países”. Algunas teorías aseguran que la crisis de los misiles (1962) apuntaló la tendencia. Al parecer, el sujetador cónico recordaba las ojivas nucleares. Entonces, la forma estaba por encima del volumen. “El sujetador torpedo fue un lujo popularizado”, argumenta José Luis Nueno, profesor del IESE. “Se exageraban las curvas, todo estaba sobredimensionado, desde los Cadillacs con alerones hasta los electrodomésticos”.
   Los excesos terminaron con la década. Las chicas encendieron grandes hogueras para liberar sus pechos. “Renunciar al sujetador era una señal de libertad”, explica la empresaria Sandra Macaya, experta en ropa interior. Las mujeres tenían menos hijos, llevaban una vida más activa y cambiaron su dieta. Todo esto se tradujo en una pérdida considerable de volumen y en unos pechos más pequeños. No había sucedido nada igual desde la era de las flappers, que bailaban en los felices años veinte.
   “Históricamente, las tallas pequeñas han sido populares en las épocas feministas. Así sucedió en la década de los veinte y a finales de los sesenta y setenta”, recuerda Marilyn Yalom, profesora de la Universidad de Stanford, en su libro A history of the breast (Knopf, 1997). Esta experta señala que, a pesar de los vaivenes de tallas y volúmenes, en todas las épocas ha sobrevivido una tendencia paralela que considera el pecho pequeño, incluso plano, como un signo de clase y estilo. Los nombres antológicos de la tendencia han sido las dos Hepburn: Katharine y Audrey.
   Con los ochenta llegaron Madonna, Michael Jackson y la MTV. No había nada que esconder. “La ropa interior adquirió vida propia y dejó de estar a remolque de las piezas exteriores”, apunta Puertas. Se proclamó oficialmente la vuelta del escote y las operaciones de aumento de pecho dejaron de ser una excentricidad. Una marca canadiense llamada Wonderbra reventó el mercado con un único sujetador que le hizo ingresar 30 millones de dólares solo en 1980.
   Contra todo pronóstico, en la siguiente década, los noventa, volvieron los pechos pequeños y atléticos. Según la versión de los hechos de Playboy, la culpa fue de las jugadoras de la WNBA y de las top models británicas. Eso no impidió que Jean Paul Gaultier volviera a exhibir un sujetador cónico en el cuerpo de Madonna.
   El nuevo milenio llevó Internet a los hogares occidentales. La oferta y disponibilidad de desnudos y pornografía era abrumadora. El péndulo de la moda regresó a los escotes generosos. Y ahí se ha quedado. El look es desafiante: una improbable mezcla de pocos kilos y turgencia que apenas existe en la naturaleza. “Ninguna mujer podrá tener ese escote sin unos implantes o un sujetador push up”, explica en una entrevista al diario The Washington Post Georgia Witkin, profesora de psiquiatría del hospital neoyorquino Mount Sinai. “De hecho, cuando una clienta pide al cirujano un escote verdaderamente dramático, este debe unir los pechos en una posición que no es exactamente anatómica. Pero no se pretende engañar a nadie. ¿Quién querría parecer natural? Eso era muy del siglo XX”.
   El futuro, según el profesor Nueno, no está en el quirófano. “Mientras más se democratice el asunto, más cerca estará su final. Las personas siempre querrán diferenciarse y ser singulares”. Aunque sea por sus pechos o, sobre todo, por ello.

Karelia Vázquez

El País Semanal, 25 de ocubre del 2013.

martes, 5 de noviembre de 2013

AQUEL SENTIMIENTO, Carmela Fachal París


AQUEL SENTIMIENTO

Déjate llevar
por esta sensación que duele
que muchas veces va
pero que casi nunca vuelve.

Unas veces produce tristeza
y otras alegría
pero lo malo es si sufres mucho,
¡qué gran melancolía!

Es un sentimiento
que padecen los enamorados.
Cuando no está lo añoramos,
y cuando está lo desperdiciamos.

Es el amor el que nos hace esto,
es el amor lo que nos hace padecer
este sentimiento que queremos tener
y que nunca desearíamos perder.

Carmela Fachal París [2ºA]
&
Helga McLeod