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miércoles, 28 de noviembre de 2012

CON FALDAS Y A LO LOCO, Billy Wilder



BILLY WILDER, Con faldas y a lo loco, 1959, 120 minutos.
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   Esta comedia protagonizada por la famosa Marilyn Monroe, Tony Curtis y Jack Lemmon  (titulada originalmente Some Like It Hot) retrata ambientes de la mafia de los años 20. Dos músicos se ven obligados a huír a Florida en una banda femenina, disfrazados de mujeres, porque son testigos de un asesinato cometido por uno de los grandes mafiosos. Cuando están en Florida uno de ellos se enamora de la protagonista femenina y el otro enamora a un millonario. No puedo decir más pero si quereis saber que sucede al final solo teneis que verla. Sólo diré que la última escena está clasificada como una de las más famosas de la historia del cine. Ganó un Oscar al mejor vestuario en blanco y negro.


Sara Martínez


viernes, 23 de noviembre de 2012

EL TEXTO: CARACTERÍSTICAS Y TIPOS, Rosalía Doporto


EL TEXTO: CARACTERÍSTICAS Y TIPOS

   El texto es una unidad de comunicación. Puede ser oral o escrito. La mayoría de las veces es oral.
   Las características del texto son: es independiente y expresa un mensaje con sentido completo.
   La independencia es la propiedad por la cual el texto tiene punto principio, punto final y pausas varias. En la oralidad estas pausas se expresan con los distintos tipos de silencios. En la escritura se representan mediante los signos ortográficos. En ambos casos, son la representación de la función fática del lenguaje.
   Los textos están formados por párrafos, que son unidades de comunicación que expresan una parte del texto.
   La sangría es la letra mayúscula con la que se empieza un párrafo.
   Es muy importante escribir textos sin alterar la adecuación. La adecuación consiste en disponer el texto conforme a la finalidad que pretende. Los usos sociales modifican las circunstancias de la adecuación.
  
   Los distintos tipos de textos son: el narrativo, narra los hechos ficticios o reales que le ocurrieron a un personaje o persona en un lugar y en un tiempo; el texto descriptivo, dibuja con palabras personajes, cosas, animales, sentimientos y sensaciones; el texto dialogado, es el intercambio de palabras entre dos o más interlocutores; el texto expositivo, expone ideas; el texto argumentativo, defiende mediante argumentos la postura que mantiene un hablante sobre un tema; el texto instructivo, expone paso a paso cómo realizar una cosa.

ROSALÍA DOPORTO

miércoles, 21 de noviembre de 2012

LOS ELEMENTOS DE LA COMUNICACIÓN Y LAS FUNCIONES DEL LENGUAJE, Rosalía Doporto


LOS ELEMENTOS DE LA COMUNICACIÓN Y LAS FUNCIONES DEL LENGUAJE

   Los seres humanos, a no ser que padezcamos un trastorno, hemos desarrollado la facultad del lenguaje, que nos permite comunicarnos: transmitir la información para encontrar un lugar mejor en el mundo para nosotros.
   Los seres humanos utilizamos el lenguaje para las siguientes finalidades: explicar el mundo, expresar nuestro mundo interior, nuestros sentimientos y opiniones; para decir que la comunicación puede empezar, tiene que terminar y que es fluida; para explicar los lados oscuros del lenguaje (para saber qué nos dice) y también la utilizamos muchas veces por su belleza (en muchos casos a esa belleza se le puede llamar literatura).
   Todas estas finalidades están relacionadas con los seis elementos del proceso comunicativo: el emisor, el receptor, el mensaje, el canal, el código y el referente.
   Para que haya comunicación tiene que haber un emisor y un receptor (estos pueden llegar a ser la misma persona), y tienen que utilizar un mismo código. El código es el conjunto de signos y el manual de instrucciones (gramática: las reglas de los usos de la lengua). Utilizar un mismo código no garantiza que la comunicación sea absolutamente plena.
   Los seres humanos se comunican atendiendo a unas finalidades, lo que origina las funciones del lenguaje. Distinguimos varias: la función representativa, nos sirve para informar de unos hechos al receptor; la función emotiva, nos sirve para expresar nuestros sentimientos, opiniones…; la función fática, se produce cuando el mensaje se utiliza para explicar el buen funcionamiento del canal; la función apelativa, nos sirve para convencer al receptor de que haga algo; la función poética, se produce cuando el mensaje no es importante por lo que dice, sino por la forma que presenta; la función metalingüística es aquella que empleamos cuando el mensaje intenta explicar el código.

ROSALÍA DOPORTO

martes, 20 de noviembre de 2012

EL PRÍNCIPE DE LA NIEBLA, Carlos Ruíz Zafón



CARLOS RUIZ ZAFÓN, El príncipe de la niebla, Planeta, Barcelona, 2006, 200 páginas.

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   Los Carver se mudan a una casa de la costa por los destrozos y el peligro que causaba la guerra en la ciudad en la que vivían. Allí Max, uno de los tres hijos de la pareja, descubre la historia de la familia que había habitado la casa antes. Su hijo, Jacob, es perseguido por El Príncipe de la Niebla debido a una promesa que le había hecho a este mago el padre del niño.
   La historia que cuenta esta novela te atrapa por su intriga, además mezcla un conjunto de aventuras con terror en estado puro y con una historia de amor.

Pablo Martínez

lunes, 19 de noviembre de 2012

OXÍMORO, Federico Mompou, Jenny Lin & Andrés Muschietti



  




  Un oxímoro es la reunión en una misma frase de dos palabras o expresiones de significado opuesto, que originan un nuevo sentido.

   Por ejemplo: Música callada (Federico Mompou), muertos vivientes.

   En Retórica, el oxímoro, dentro de las figuras literarias, es una de las figuras lógicas. Otra de sus denominaciones es "contradictio in terminis". Consiste en armonizar dos conceptos opuestos en una sola expresión, formando así un tercer concepto. Dado que el sentido literal de un oxímoron es ‘absurdo’ (por ejemplo, «un instante eterno»), se fuerza al lector a buscar un sentido metafórico (en este caso: un instante que, por la intensidad de lo vivido durante el mismo,  hace perder el sentido del tiempo).

viernes, 16 de noviembre de 2012

VÍCTIMA DE UNA FASHION VICTIM, Gala Illanes


VÍCTIMA DE UNA FASHION VICTIM.

   Primero me utilizas, luego me olvidas. Después me encuentras y me reemplazas.
   Finalmente me dejas tirada, abandonada y sucia en una esquina.

GALA ILLANES

viernes, 9 de noviembre de 2012

EL NACIMIENTO DEL SÉPTIMO ARTE



EL NACIMIENTO DEL SÉPTIMO ARTE

   A finales del siglo XIX diversos investigadores de distintos países (los Lumière, Edison, Eastman, los hermanos Skladanonwsky) consiguen grabar imágenes en movimiento.


   No obstante, todavía no ha nacido el séptimo arte.
  
   Las primeras exhibiciones sirven para mejorar espectáculos de magia: el cine, pues, es sólo, en los mejores casos un espectáculo teatral; en los peores, otro truco de feria para una sociedad a la que entretiene la contemplación de los espectáculos circenses y las atrocidades de la naturaleza de las que podemos ver una buena síntesis en Freaks, la película de Tod Browning.



   Uno de los primeros hombres que fue capaz de convertir en arte el producto resultante de las filmaciones con esa nueva herramienta fue Georges Méliès: él abandonó el interés documentalista de sus predecesores y, apoyándose en la literatura, creó las primeras ficciones filmadas.  


   Martin Scorsese, uno de los más laureados directores del ya consolidado séptimo arte, obtuvo en el 2011 el Óscar al mejor director por La invención de Hugo Cabret, (una película basada en la novela de Brian Sielznick), que rememora la tragedia artística de Méliès.

martes, 6 de noviembre de 2012

EL PLATO DE MADERA



EL PLATO DE MADERA

   Érase una vez una familia formada por un matrimonio, su hijo de nueve años y el abuelo. Había una buena armonía entre ellos. El padre y la madre trabajaban para sacar adelante la casa y ambos atendían a las tareas del hogar. El chico iba a la escuela, era buen estudiante e ingenioso; cuando no estaba en clase, se divertía jugando con sus amigos como todos los muchachos del mundo.
   El abuelo era ya anciano; había pasado la vida trabajando de sol a sol con sus manos,aunque la fatiga nunca había vencido su esfuerzo para proveer de comida y bienestar a su familia. El padre comprendió que, si no respetaba al abuelo, tampoco su hijo le mostraría respeto a él. No exijas a los demás lo que tú no cumples.
   Pero tanto y tan prolongado afán se había cobrado un doloroso tributo:  sus manos  temblaban como las hojas de un árbol viejo bajo el viento de otoño. A pesar de sus esfuerzos, a menudo los objetos se le caían de las manos y a veces se hacían añicos al dar contra el suelo.
   Durante las comidas, no acertaba a llevar la cuchara a la boca y su contenido se derramaba sobre el mantel. Para evitarlo, procuraba acercarse al plato, pero éste solía terminar roto en pedazos sobre las baldosas del comedor. Y así un día tras otro. Le sabía muy mal y pedía disculpas cuando le ocurrían estos contratiempos; hubiera querido conservar el vigor que tenía cuando era joven. La madre que era su hija, disimulaba tanto como le era posible para no avergonzarlo.
   —No te preocupes, abuelo; esto le puede ocurrir a cualquiera- le decía mientras le acariciaba suavemente las manos. Y recogía los pedazos del suelo tan discretamente como podía.
   Pero el padre, su yerno, no tenía los mismos sentimientos. Estaba muy molesto por los temblores del abuelo. Por fin tomó una decisión que sorprendió y contrarió al resto de la familia: desde aquel día, el abuelo comería apartado de la mesa familiar y usaría un plato de madera; así, ni mancharía los manteles ni rompería la vajilla.
Desde entonces el abuelo comía y cenaba en un rincón del comedor con su plato de madera. Movía suavemente la cabeza con resignación y de  vez en cuando enjugaba unas lágrimas que le resbalaban por las mejillas; era muy duro aceptar aquella humillación. Durante las comidas había un silencio frío, incómodo; habían desaparecido las conversaciones tranquilas y las sonrisas.
   Pasaron unas cuantas semanas. Y una tarde, cuando el yerno volvió a su casa, encontró a su hijo  enfrascado en una misteriosa tarea: el chico trabajaba afanosamente un pedazo de madera con un cuchillo de cocina. El padre lo observó unos instantes y, lleno de curiosidad, le dijo:
   —¿Qué estás haciendo, hijo, tan concentrado? ¿Es una manualidad que te han mandado hacer en la escuela?
   —No, papá – respondió el niño.
   —¿Quizá es un regalo para mamá¿-insistió el padre.
   —Tampoco es un regalo- contestó el chico sin levantar los ojos.
   —Entonces, ¿de qué se trata? ¿No me lo puedes explicar?
   —Claro que sí, papá. Estoy haciendo un plato de madera para cuando tú seas viejo y las manos te tiemblen.
   Y así fue como el hombre aprendió la lección y, desde entonces, el anciano volvió a sentarse a la mesa como toda la familia.

   El padre comprendió que, si no respetaba al abuelo, tampoco su hijo le mostraría respeto a él. No exijas a los demás lo que tú no cumples.


ESTEVE PUJOL & ADRIÁ FRUITÓS, El gran libro de los cuentos con valores, Parramón, Barcelona, 2009.